martes, 2 de noviembre de 2010

Una vigilante de seguridad del 112 denuncia a su jefe por acoso sexual

Inspecció de Treball, en su informe, habla de un ‘trato verbal denigrante y humillante’ y da la razón a la trabajadora, quien ha denunciado los hechos por vía penal y laboral 

«¿Qué clase de braguitas llevas?». «No muevas ese culito que me pones malo». «Sólo te quiero para echar un polvo». O « ¿Qué postura es tu preferida en la cama?». Estas son algunas de las expresiones que, según considera comprobado Inspecció de Treball en un informe, dirigió durante varios días el jefe de equipo de la empresa de seguridad contratada por el edificio de Emergències 112, a tres de sus trabajadoras.
Una de ellas, Ramona Gallego, ha decidido denunciar los hechos por vía penal y laboral. En el primer caso por un delito o falta (todavía está por decidir) de acoso sexual. Mientras que por la vía laboral, esta trabajadora pide la nulidad de su despido. La mujer es optimista ante la Justicia, sobre todo, «después de que Inspecció de Treball haya emitido un informe vinculante que me da la razón».
Ramona entró a trabajar, contratada por la empresa Segur Ibérica, como vigilante de seguridad en el edificio de Emergències 112, cuando éste todavía estaba en obras. Según explica al Diari, los problemas empezaron el 4 de julio. «En un descanso, este señor (jefe de equipo), ante la presencia de tres compañeros más, me dijo que me iba a hacer una ‘entrevista sexual’. Empezó a preguntar qué clase de braguitas llevaba y también me dijo que me iba a hacer una foto para colgarla en el Facebook y que me saliese novio», recuerda Ramona Gallego.
Ante estos comentarios tan ofensivos hacia la trabajadora, ésta le contestó que «si esto que me estás diciendo se lo dijesen a su mujer, tu madre o tu hija, ¿te haría gracia?». A partir de ese día, Ramona asegura que el acoso verbal se sucedió siempre que coincidía con su jefe en el turno de mañana.
El 5 de julio, harta de aguantar, Ramona Gallego decidió denunciar los hechos y así se lo comunicó a las otras dos compañeras. La noticia llegó a oídos del presunto acosador y éste, según explica la víctima, «se justificó diciéndome que todos los comentarios eran en tono de broma».
Pero Ramona no estaba dispuesta a dar marcha atrás y, después de grabar cuatro conversaciones con su jefe en las que éste reconocía haberle dirigido esos comentarios, del 11 de agosto denunciaba los hechos en Inspecció de Treball y en los Mossos d’Esquadra, un día después de haber sido despedida. Ramona confía en que la Justicia le dé la razón «para que hechos tan desagradables como éste no sucedan más. Las mujeres tienen que ser valientes y denunciar cuando sean acosadas en el trabajo».

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