UGT considera que el Gobernador del Banco de España, en sus manifestaciones en el Senado, ha incurrido en un contrasentido al convertir una de las fortalezas que tiene la economía española, como es el sistema de pensiones, en un punto débil (tiene superávit y un fondo de reserva equivalente a 6 puntos del PIB) y, a la vez, afirmar que los mercados financieros no han sabido valorar las fortalezas de la economía española. El sindicato considera que este tipo de manifestaciones no contribuyen a fomentar la confianza en la economía, y sí a generar un alto grado de incertidumbre entre los trabajadores y pensionistas de nuestro país.
UGT lamenta las declaraciones realizadas por el Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que, a la vez que ha reconocido que los mercados financieros no han sabido valorar correctamente las fortalezas y debilidades de la economía española, ha situado nuestro sistema de pensiones como un punto débil de la economía, cuando tiene superávit y un fondo de reserva equivalente a 6 puntos del PIB. Y por lo tanto es un punto fuerte de nuestra economía.
El Gobernador, al reclamar una reducción acelerada de la cuantía de nuestras pensiones, no lo sitúa como un activo básico de nuestro sistema económico, menospreciando el consenso parlamentario y social que lo sostiene, y el proceso de modernización constante que ha registrado durante años como fruto de esos consensos, con medidas como la prolongación voluntaria de la edad de jubilación. Es el propio Gobernador el que, con este tipo de declaraciones, perjudica seriamente la imagen de nuestro país, y pierde una oportunidad de oro de reconocer que ha sido nuestro sistema de pensiones y otras prestaciones y servicios sociales los que han evitado que la debacle financiera internacional, la recesión económica, y el hundimiento de nuestro mercado de trabajo se pudiera haber traducido en una debacle social.
Para UGT resulta llamativo el doble rasero aplicado por el Gobernador a dos reformas esenciales: mientras reclama que la reestructuración financiera de las Cajas (que lleva en marcha año y medio) se realice al ritmo adecuado porque no es fácil -algo que es de su competencia-, hace todo lo contrario al pedir lo que no es de su competencia: una reforma inmediata y ambiciosa del sistema público de pensiones, quizá porque al Gobernador le resulte menos complicado o menos sensible el riesgo de equivocarse si se trata de las pensiones de las que viven millones de ciudadanos.
El Gobernador del Banco de España sabe que es el deficiente funcionamiento de nuestro sistema financiero (que él tanto y tan contundentemente ha defendido), su falta de apoyo a las pequeñas y medianas empresas, el que está comprometiendo la reactivación de la actividad económica, y con ella, la creación de empleo. Son estas dificultades en la recuperación las que están penalizando los mercados.
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