En Ramos Sierra los rumanos detenidos robaron 1.900 kilos de cobre, tres ordenadores portátiles y alrededor de 7.000 euros «Estamos muy contentos con la respuesta policial, pero queremos mejorar la seguridad del polígono de Las Capellanías; queremos tener un servicio de vigilantes privados», afirma Francisco González, gerente de Apilca, la asociación que agrupa al 70% de los empresarios del polígono industrial de Cáceres. Los más de 300 empresarios que están en Capellanías están cansados de los sustos producidos por las visitas de los ladrones. En la actualidad sólo cuentan por la noche con un guarda que no está armado, que avisa a la Policía Nacional cuando sospecha que hay ladrones. Pero un guarda muchas veces es insuficiente para vigilar este gran polígono que se creó en 1973. A menudo los ladrones le vigilan, y se apuran a cometer los robos en las naves escogidas cuando el guarda está en una zona alejada. «Lo que estamos intentando ahora - explica el gerente de Apilca -, es que se integren a la asociación el resto de empresarios que no están con nosotros, que son un 30%; y así, al tener más dinero, poder contratar vigilancia privada, porque la vigilancia cuesta dinero». Al preguntarle a Francisco González por los robos que sufre Capellanías, distingue entre dos clases de robos, los que cometen los delincuentes locales, que se refiere principalmente a robos en el interior de naves por medio de butrones; y los robos cometidos por bandas especializadas, en las que más de 10 personas se proponen desvalijar una o más empresas. Comenta que antes del robo de la banda de rumanos del pasado fin de semana, el ataque más importante fue el que ocurrió el 18 de febrero de este año, cuando una banda huyo de Capellanías tras hacer frente a tiros a la Policía Nacional. Los agentes fueron encañonados con una escopeta, y tuvieron que apartarse para no ser atropellados por los ladrones que huyeron en un Audi A8. En el seguimiento que hicieron al coche dispararon contra las ruedas. Dos de ellas fueron alcanzadas por los impactos, pero siguieron conduciendo hasta que lo abandonaron a 11 kilómetros de Cáceres y huyeron campo a través, sin poder ser detenidos. En esa ocasión la Policía Nacional evitó que los ladrones se llevaran dos camiones cargados con tabaco, que tenían un valor de varias decenas de euros. Tres meses antes, el 7 de diciembre de 2009, una banda totalmente organizada desvalijó el establecimiento Divermoto. Se llevaron siete motos. La última empresa afectada es Ramos Sierra. Ella fue el objetivo de los ladrones el pasado sábado. Una vez que entraron en la nave al inutilizar la alarma, robaron una furgoneta cargada con bobinas y cable de cobre con un peso superior a los 1.900 kilos, así como tres ordenadores portátiles, una cantidad cercana a los 7.000 euros en efectivo. Todo ello fue recuperado. En la furgoneta la policía encontró una cizalla que al parecer utilizaron para cortar los cables de la alarma. También se recuperaron diversos pasamontañas, guantes y otros efectos utilizados por los delincuentes para robar. Las Fuerzas de Seguridad pudieron detener a los 14 sospechosos de formar una banda debido a un dispositivo establecido por la Jefatura Superior de Policía de Extremadura, en toda la región, para la prevención de robos con fuerza cometidos en polígonos industriales. Por eso estaban patrullando tres agentes en un vehículo camuflado. De los 14 detenidos, la jueza encargada del caso ha decidido el ingreso en prisión de tres, y la puesta en libertad de 10, pero con la obligación de comparecer una vez a la semana en un juzgado. Sólo falta tomar una decisión sobre el rumano herido. Hoy será dado de alta en el Hospital San Pedro de Alcántara, y será llevado por la Policía ante el Juzgado número 4. La fiscal pedirá su ingreso en prisión y su abogado la libertad. Los 14 rumanos detenidos son acusados de cometer un delito de asociación ilícita, robo con fuerza en un establecimiento y algunos de ellos también responderán de un delito de atentado contra agente de la autoridad.
«Estamos muy contentos con la respuesta policial, pero queremos mejorar la seguridad del polígono de Las Capellanías; queremos tener un servicio de vigilantes privados», afirma Francisco González, gerente de Apilca, la asociación que agrupa al 70% de los empresarios del polígono industrial de Cáceres.
Los más de 300 empresarios que están en Capellanías están cansados de los sustos producidos por las visitas de los ladrones. En la actualidad sólo cuentan por la noche con un guarda que no está armado, que avisa a la Policía Nacional cuando sospecha que hay ladrones. Pero un guarda muchas veces es insuficiente para vigilar este gran polígono que se creó en 1973. A menudo los ladrones le vigilan, y se apuran a cometer los robos en las naves escogidas cuando el guarda está en una zona alejada.
«Lo que estamos intentando ahora - explica el gerente de Apilca -, es que se integren a la asociación el resto de empresarios que no están con nosotros, que son un 30%; y así, al tener más dinero, poder contratar vigilancia privada, porque la vigilancia cuesta dinero».
Al preguntarle a Francisco González por los robos que sufre Capellanías, distingue entre dos clases de robos, los que cometen los delincuentes locales, que se refiere principalmente a robos en el interior de naves por medio de butrones; y los robos cometidos por bandas especializadas, en las que más de 10 personas se proponen desvalijar una o más empresas.
Comenta que antes del robo de la banda de rumanos del pasado fin de semana, el ataque más importante fue el que ocurrió el 18 de febrero de este año, cuando una banda huyo de Capellanías tras hacer frente a tiros a la Policía Nacional. Los agentes fueron encañonados con una escopeta, y tuvieron que apartarse para no ser atropellados por los ladrones que huyeron en un Audi A8. En el seguimiento que hicieron al coche dispararon contra las ruedas. Dos de ellas fueron alcanzadas por los impactos, pero siguieron conduciendo hasta que lo abandonaron a 11 kilómetros de Cáceres y huyeron campo a través, sin poder ser detenidos. En esa ocasión la Policía Nacional evitó que los ladrones se llevaran dos camiones cargados con tabaco, que tenían un valor de varias decenas de euros.
Tres meses antes, el 7 de diciembre de 2009, una banda totalmente organizada desvalijó el establecimiento Divermoto. Se llevaron siete motos.
La última empresa afectada es Ramos Sierra. Ella fue el objetivo de los ladrones el pasado sábado. Una vez que entraron en la nave al inutilizar la alarma, robaron una furgoneta cargada con bobinas y cable de cobre con un peso superior a los 1.900 kilos, así como tres ordenadores portátiles, una cantidad cercana a los 7.000 euros en efectivo. Todo ello fue recuperado. En la furgoneta la policía encontró una cizalla que al parecer utilizaron para cortar los cables de la alarma. También se recuperaron diversos pasamontañas, guantes y otros efectos utilizados por los delincuentes para robar.
Las Fuerzas de Seguridad pudieron detener a los 14 sospechosos de formar una banda debido a un dispositivo establecido por la Jefatura Superior de Policía de Extremadura, en toda la región, para la prevención de robos con fuerza cometidos en polígonos industriales. Por eso estaban patrullando tres agentes en un vehículo camuflado.
De los 14 detenidos, la jueza encargada del caso ha decidido el ingreso en prisión de tres, y la puesta en libertad de 10, pero con la obligación de comparecer una vez a la semana en un juzgado.
Sólo falta tomar una decisión sobre el rumano herido. Hoy será dado de alta en el Hospital San Pedro de Alcántara, y será llevado por la Policía ante el Juzgado número 4. La fiscal pedirá su ingreso en prisión y su abogado la libertad.
Los 14 rumanos detenidos son acusados de cometer un delito de asociación ilícita, robo con fuerza en un establecimiento y algunos de ellos también responderán de un delito de atentado contra agente de la autoridad.
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