L. S. V. El dueño de la discoteca Palladium, Juan Francisco Naranjo, afirmó ayer que los agentes se personaron en la puerta de la discoteca ante la aglomeración de personas que había a la entrada y le dijeron que había "demasiada gente en el local". El empresario, que desconocía a mediodía el verdadero motivo por el que la Policía Local de Arucas le clausuró el local el pasado domingo 31 de octubre, cuando se desarrollaban dos fiestas, una para adultos y otra para menores, criticó que los agentes no comprobaran el aforo, sino que directamente desalojaron. "La policía no me dio la oportunidad de demostrar cuánta gente había en el local", explicó el empresario, quien asegura que no estaba lleno porque tiene un aforo para 4.000 personas "y más".
En relación a las acusaciones de que en el exterior había jóvenes con síntomas de alcoholemia, Juan Francisco Naranjo manifestó que en la fiesta de los menores no se vendió alcohol y que se registró a los chavales a la entrada.
En el cacheo, los agentes de seguridad privada encontraron botellas y petacas de alcohol. "Los jóvenes son más listos que uno", asegura el empresario, que mostró cómo en varias botellas de agua mineral habían camuflado bebidas como vodka o ginebra. Ayer mismo se podían encontrar en los alrededores de la discoteca botellas, vasos desechables y bolsas de plástico a mansalva.
Juan Francisco Naranjo explicó que él mismo invitó a la policía a comprobar el aforo. "El agente entró por una puerta de seguridad y a pocos metros cogió un vaso. Lo olió y vio que se trataba de alcohol, pero no entró a comprobar si en la barra se estaba vendiendo". El empresario insiste en que su local sólo se expendieron bebidas gaseosas, aunque que entre tanto joven, alguno pudo colar algo. Un chaval de 16 años que asistió a la fiesta, afirma, sin embargo, que la consumición que se sirvió con la entrada llevaba alcohol.
Juan Francisco Naranjo añade que durante los 20 años que lleva como empresario del ocio nunca ha tenido ningún problema con la policía ni con las autoridades.
En relación a las acusaciones de que en el exterior había jóvenes con síntomas de alcoholemia, Juan Francisco Naranjo manifestó que en la fiesta de los menores no se vendió alcohol y que se registró a los chavales a la entrada.
En el cacheo, los agentes de seguridad privada encontraron botellas y petacas de alcohol. "Los jóvenes son más listos que uno", asegura el empresario, que mostró cómo en varias botellas de agua mineral habían camuflado bebidas como vodka o ginebra. Ayer mismo se podían encontrar en los alrededores de la discoteca botellas, vasos desechables y bolsas de plástico a mansalva.
Juan Francisco Naranjo explicó que él mismo invitó a la policía a comprobar el aforo. "El agente entró por una puerta de seguridad y a pocos metros cogió un vaso. Lo olió y vio que se trataba de alcohol, pero no entró a comprobar si en la barra se estaba vendiendo". El empresario insiste en que su local sólo se expendieron bebidas gaseosas, aunque que entre tanto joven, alguno pudo colar algo. Un chaval de 16 años que asistió a la fiesta, afirma, sin embargo, que la consumición que se sirvió con la entrada llevaba alcohol.
Juan Francisco Naranjo añade que durante los 20 años que lleva como empresario del ocio nunca ha tenido ningún problema con la policía ni con las autoridades.
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