Dos guardias civiles han sido imputados por supuestamente pegar e insultar a un inmigrante por un hurto en un hipermercado. Fue el 26 de enero de 2008. El cabo Palomo, en prisión desde el pasado 13 de octubre por su supuesta participación en una red de tráfico de cocaína, es uno de los imputados por las torturas a un inmigrante de origen cubano. Junto a él, están imputados otro agente del puesto de Tavernes Blanques y un vigilante.
El 26 de enero de 2008, en un hipermercado en Alboraia, un vigilante de seguridad recibió el aviso del hurto de una cartera. Logró localizar a uno de los presuntos autores y avisó a la Guardia Civil. Palomo y su compañero acudieron al lugar. Ambos y el vigilante se llevaron al detenido junto al mar. Allí, los dos guardias civiles, especialmente Palomo, le pegaron de forma continuada mientras le insultaban y le amenazaban. Herido, el detenido fue trasladado al cuartel de Tavernes. Allí, el entonces cabo Palomo y su compañero imputado en esta causa se burlaron y le hicieron bailar tarareando supuestos sones cubanos. Palomo, según consta en la causa, llegó a amenazarle con la pistola.
Los hechos se conocieron cuando la Guardia Civil investigaba la red de tráfico de drogas en la que resultaron imputados Palomo y otro agente, también de Tavernes Blanques, bajo la dirección del juzgado 14 de Valencia, que hace un mes se inhibió en favor de un juzgado de Moncada para que investigue las torturas. El juez aún no ha decidido qué diligencias practicar.
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