jueves, 2 de abril de 2009

Las agresiones al personal sanitario de Jaén-Norte se triplican en los últimos años


En 2008 se registraron 15 agresiones en el distrito frente a las 7 denunciadas en lo que va de año, dos de ellas en Linares
Salud sigue ampliando los sistemas de seguridad, como los timbres antipánico
Dos agresiones verbales en lo que va de año. Este es el balance que arrojan las estadísticas sobre agresiones a profesionales sanitarios del Distrito Sanitario Jaén-Norte en la ciudad de Linares. La última se registraba hace tan sólo unos días en el centro hospitalario de San Agustín y ha provocado, una vez más, las protestas del Sindicato de Enfermería (SATSE).
Aunque en la mayoría de los casos se tratan de agresiones verbales, como explica el director del distrito, Rafael Castillo, lo cierto es que desde que se contabilizan las agresiones sufridas por parte del personal de los centros sanitarios, allá por 2004, el número de registros ha aumentado considerablemente. «Existen principalmente dos motivos por los que hay un mayor número de agresiones registradas en el último año. Por un lado, los profesionales lo denuncian más, y por otro, los pacientes no se aguantan y recurren a la agresión a la hora de manifestar su insatisfacción ante el servicio o su desacuerdo con la actividad médica», apunta el director del distrito Jaén-Norte.
El doble
Las cifras hablan por sí solas. Si en el año 2004 tan sólo se registró una agresión en todo el distrito sanitario, en 2007 se alcanzó las 11 denuncias por algún tipo de agresión. Mientras, en 2008 fueron 15 las agresiones que se registraron en alguno de los centros de salud de Jaén-Norte, justo el doble de lo que se ha registrado tan sólo los tres primeros meses de 2009, dos de ellas en Linares, una a un médico y otra a una enfermera.
Cifras aparte, desde el SATSE aseguran que la situación diaria por la que pasan los profesionales de los centros de salud de Linares ha hecho que el espacio de trabajo se asemeje más a un campo de batalla en el que «el trabajador siente agredido, desprotegido e inseguro en la realización de su actividad diaria». «Los agresores campan a sus anchas con total impunidad, unos amenazando e insultando a los profesionales que trabajan en dicha unidad; otros fuman sustancias estupefacientes en los recibidores sin que nadie pueda evitarlo», indican desde el sindicato.
Una situación que hace menos de un año, y ante un nuevo capítulo de agresión, en esta ocasión física, llevó a los sanitarios de Linares a concentrarse a las puertas del Hospital y de los ambulatorios, para solicitar mejoras en las medidas de seguridad.
Conciliar derechos
Desde el pasado 2007, Salud inició, dado el aumento de agresiones en centros hospitalarios, un Plan de Actuación con el objetivo de dotar a los profesionales de diversas medidas de seguridad dentro del espacio de trabajo. De este modo, los denominados 'puntos calientes', donde se producen ataques al personal con más frecuencia, se instalaban timbres antipánico, video-cámaras de vigilancia en espacios abiertos y vigilantes de seguridad. Unas medidas que sin embargo demuestran, a tenor de los hechos, no ser efectivas totalmente. «Es un sistema complejo porque se enfrentan los derechos de integridad de los profesionales y de intimidad del paciente», explica Rafael Castillo.
Poco a poco, según comenta el director del distrito Jaén-Norte, se consiguen ampliar los sistemas de seguridad, aunque resulta más difícil en los centros de vieja construcción, donde, por ejemplo, no hay espacio para las puertas de escape en las consultas. «Normalmente la agresión se produce en el momento íntimo de un profesional con el paciente en la consulta, y ahí no se puede instalar la video-vigilancia, y en muchos casos no hay cabida para puertas de escape», explica Castillo, quien asegura que se sigue ampliando la instalación de timbres anti-pánico y a video-vigilancia en zonas como urgencias o la sala donde se dispensa la metadona.

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