El jefe se seguridad de la Alhambra ayudó a identificar el cuerpo de Güéjar Sierra
Los indicios que le hicieron sospechar que el cadáver podía ser la persona que buscó doce años atrás fueron unas monedas y la marca del reloj: unos escudos en los bolsillos y un Q&Q en la muñeca. Manolo Álvarez, jefe de Seguridad del Patronato de la Alhambra y Generalife, leyó esos datos la semana pasada en la prensa local cuando la Guardia Civil publicó esta información al solicitar la colaboración ciudadana para ponerle nombre y apellidos al cuerpo que habían encontrado en Güéjar Sierra.
La Guardia Civil tomó los datos, le agradeció su colaboración y colgó. Pocos días después lo llamaban para anunciarle que su intuición era correcta y que el cadáver correspondía al turista que desapareció a la salida del Generalife hace más de una década. "El proceso ha sido más rápido pero estoy seguro que se habría resuelto igual en unas semanas", afirma Álvarez con modestia.
El caso es que, tras doce años, la familia del portugués puede ya descansar tranquila gracias a la aportación del vigilante de seguridad a este caso. Esa es la gran satisfacción de Álvarez. "Cuando se perdió había venido con su hijo y su nuera a visitar la Alhambra. Pasaron meses aquí y estaban muy afectados. Creo que no regresaron a Portugal hasta que no lo dieron por muerto. Aún así, años después seguían llamando para ver si había aparecido el cuerpo. Ahora sé que ya pueden estar tranquilos", relata el jefe de seguridad, que por aquel entonces todavía era sólo responsable de equipo en el monumento.
El desaparecido, que tenía 68 años de edad y estaba enfermo de alzheimer, se desorientó a tras su visita al Generalife y debió dirigirse hacia el paraje de Las Majadillas, donde fue encontrado casualmente el cuerpo por un excursionista.
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