Estado de la caseta.
Desde principios del mes de agosto éste es “lamentable el estado” que presenta la caseta del yacimiento arqueológico de Castro Ventosa/Castro Bergidum. La caseta no sólo sirve de para la estancia del vigilante (los días que está, que no son todos ya que el trabajador no está a jornada completa, ni todos, los días), sino que en ella se guardan algunos materiales encontrados en el yacimiento (suponemos, que dada la evidente poca seguridad que ofrece, hayan tenido la suficiente prudencia de no guardar en ella los de mayor valor), señalaron desde la Secretaría de Cultura y Patrimonio del Partido de El Bierzo.Habitualmente el vigilante además de cumplir con su trabajo, indica a los numerosos visitantes la situación de distintas partes del yacimiento y una pequeñas referencias históricas sobre el mismo, aunque no siempre, ya que el año pasado pudimos comprobar como, otra persona distinta de la habitual (parece ser que debido a una baja laboral) y que, durante un tiempo, se encontraba al cargo, no sólo desconocía la historia del yacimiento y de El Bierzo, sino que ni siquiera sabía indicar la situación aproximada de Las Médulas, confesándonos que siendo de fuera de el Bierzo desconocía la historia de nuestra región y la del yacimiento que se supone debía atender. Sabiendo la cantidad de bercianos con experiencia y estudios que estarían encantados de realizar ese trabajo, es incomprensible que se cubran con personas que ni tienen interés ni, evidentemente, preparación para desempeñarlo.
Lo más preocupante es que el problema viene de más arriba, de los que contratan o no se preocupan nada más que sacarse la foto cuando se anuncian inversiones millonarias que parecen no llegar nunca, los mismos responsables de no ser capaces siquiera de mandar arreglar, en pleno periodo estival, con multitud de visitantes una mísera puerta, que ofrece una pobre imagen del cuidado de nuestro patrimonio.
“Si esta fuera la primera vez que Castro Ventosa/Castro Bergidum sufre actos vandalismo, aún podríamos ponerle un pero, pero es que la sucesión de actos de vandalismo, incluida la repetitiva destrucción de los focos, hace necesaria tomar medidas, medidas que no sólo no se toman, sino que tenemos la constancia que un mes después de sucedido este acto de vandalismo nadie había puesto siquiera una denuncia en el Cuartel de la Guardia Civil de Cacauelos”.
“Una muestra del estado de nuestro patrimonio, extensible a la gran mayoría de El Bierzo, y que desgraciadamente tenemos que denunciar, un día si y otro también”, señalaron a través de un comunicado.
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