- Al parecer, la empresa y el Obispado sólo tienen intención de pagarles el 10% de la deuda
- El acceso al patio de Hospital de Mujeres ha quedado blindado para evitar más encierros
Alberto Rodríguez, uno de los afectados, explicó ayer a este periódico que “lo único que nos han comunicado es que tienen intención de pagarnos un 10 por ciento de todo lo que se nos adeuda”. En este sentido, avanzó que “no nos queda más remedio que volver a las protestas”.
Hay que recordar que la empresa encargada de realizar la obra, Sevimundi, les dejó a deber según los afectados, cerca de 900.000 euros. Esta situación provocó que el colectivo decidiera encerrarse en el antiguo Hospital de San Juan de Dios para exigir una salida a su difícil situación.
Muchos de ellos aseguran que esta deuda les está ocasionando verdaderos problemas para seguir adelante con sus empresas. De hecho, sobre varios de ellos pesan ya órdenes de desahucio y otros están estudiando plantear despidos a sus trabajadores.
En un gesto de “buena voluntad”, los proveedores decidieron el pasado jueves abandonar el encierro, tras conocer que el Obispado tenían intención de enviarles una orden de desalojo ese mismo día.
Los proveedores conservaban la experanza de que se pusiera solución a la situación en la reunión que la dirección técnica de la obra y el Obispado mantuvieron ayer, y a la que tampoco les dejaron entrar.
Los contratistas volvieron a mostrar su malestar porque nadie se ha puesto en contacto con ellos, a pesar de que son conscientes de la grave situación por la que están pasando.
Uno de los afectados lamentó que por cosas como ésta “se eche a perder una obra social tan bonita como ésta”.
La obra ya está prácticamente terminada a falta de pequeños repasos que estos mismos proveedores están dispuestos a realizar si se soluciona antes el conflicto.
Pero lo cierto es que Alberto Rodríguez se mostró ayer bastante pesimista, porque no percibe que haya predisposición para abonar la deuda.
Esta postura dista de que la mantuvieron el pasado jueves cuando abandonaron el encierro. Ese día aseguraron que nada más producirse la recepción de la obra por parte del Obispado, habían precibido que las cosas empezaban a moverse: “Estamos viendo que hay buena predisposición y eso es lo que nos han comunicado personas próximas a Sevimundi, por eso hemos decidido abandonar el encierro y esperar al próximo martes”, apuntaba entonces José Antonio, uno de los proveedores afectados.
Así las cosas, el colectivo volverá a reunirse hoy para estudiar otras medidas de protesta. Entre ellas, no descartan personarse de nuevo a las puertas de la nueva residencia de San Juan de Dios acompañados de un centenar de trabajadores.
Los proveedores no entienden los motivos por los cuáles el Obispado no ha pagado a las subcontratas, ya que tienen en su poder un documento de cesión de deuda que deja a Sevimundi al margen de las facturas.
Quizás oliéndose lo que podía pasar, el Obispado ha decidido blindar a cal y canto la entrada al patio de Hospital de Mujeres. Desde hace varios días ha colocado a un vigilante de seguridad para impedir que se vuelvan a producir nuevos encierros.
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