IBIZA | R. S. Un hombre acusado de pegar a un empleado de una discoteca respondió ayer en el juicio que fue a él al que agredieron. La fiscal mantuvo la petición de pena para el procesado, J. M. M. B., español de 28 años de edad: cuatro años y medio de prisión por un delito de lesiones. Además, la representante del Ministerio Público solicita que el imputado indemnice a la víctima con 23.580 euros por las lesiones causadas y con 12.500 euros más por las secuelas (36.080 euros en total).
«Me informaron de que había un coche mal aparcado, por lo que pedí a sus ocupantes que lo movieran un poco para que entrase otro vehículo en la plaza», explicó al tribunal el denunciante, un hombre nacido en Argentina que tenía, entre otras funciones, la de regular el estacionamiento en el parking de tierra que había enfrente de la discoteca Pachá. Los hechos ocurrieron sobre las 0.30 horas del 9 de agosto de 2005.
«Me pegó un trompazo, me tiró al piso, me propinó una patada y me quebró los huesos», explicó el argentino, que añadió que todo ocurrió «muy rápido». La abogada defensora de J. M. M. B., que tiene antecedentes penales no computables a efectos de reincidencia, preguntó que por qué no declaró más que un testigo. «Estaban todos mirando los fuegos artificiales» (era la noche de Sant Ciriac), respondió el denunciante, que comentó que aún tiene molestias al caminar y cuando trabaja como mecánico.
No respondió a los insultos
«Ellos me llamaron gilipollas y no respondí, yo venía a trabajar y a ganar dinero, no a pelearme», añadió la víctima, que concluyó que él no pegó a nadie.
La versión del imputado y de su amigo, que habían venido de Barcelona a pasar unos días de vacaciones en la isla, fue muy diferente. Según el amigo, habían estado en la discoteca DC-10, en la carretera de ses Salines, donde coincidieron con otro turista de la ciudad condal, al que invitaron a subir al coche. Los tres fueron a Pachá.
Una vez en el aparcamiento llegó un vigilante de seguridad de la discoteca. A continuación apareció el denunciante, vestido con el mismo uniforme que su compañero.
«De muy malas maneras nos increparon, nos insultaron, nos empujaron y nos agredieron», comentó el amigo del procesado. «Vimos que venían más vigilantes de seguridad y huimos, no habíamos ido a Pachá a pelearnos», añadió. El imputado coincidió con su amigo en la declaración. Según él, se produjo un tumulto con los vigilantes de seguridad y les agredieron.
Un amigo del denunciante cogió la matrícula del coche y J. M. M. B fue detenido después. El denunciante identificó a este hombre como su agresor.
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