"Realmente pueden complicar la situación. ¿Cómo sabemos que no son piratas?", avisa el responsable de la Fuerza Naval en aguas de Somalia
ANTÓN LUACES - A CORUÑA La presencia de personal civil armado en los buques atuneros que faenan en aguas del Océano Índico preocupa a los mandos de la Fuerza Naval Europea (EU Navfor). Así se desprende de las declaraciones efectuadas por el coronel Richard Spences, jefe de Estado Mayor de esta organización tras la llegada a la zona de Sea Marshall, una empresa británica que ofrece protección en el golfo de Adén mediante la utilización de buques reconvertidos y tripulados por ex soldados de fuerzas especiales de Ucrania, y la posibilidad de que otra firma, la Protection Vessels International, también británica, siga los pasos de la primera.
Esta contratación significaría un desembolso diario de unos 10.000 dólares (unos 7.600 euros). Pero los los estamentos militares de la UE Navfor creen que no es positiva. Su jefe de Estado Mayor afirma que no tiene problemas "con la seguridad privada, entendida como la provisión de hombres para manejar las mangueras contraincendio, hombres para reforzar la vigilancia, y tareas por el estilo. Pero en cuanto usted comienza a incorporar armas de fuego, la situación cambia por completo, fundamentalmente por la falta de autoridad legal y responsabilidad por parte de esas compañías privadas de seguridad armadas".
España ha autorizado la contratación de vigilantes privados armados por parte de los armadores de atuneros que faenan frente a las costas de Somalia y evitar la acción de los piratas de la zona, pero según el coronel Richard Spencer "no hay mucha diferencia entre un grupo de protección embarcado a bordo de un buque mercante, o de un grupo a bordo de su propia embarcación para proveer la seguridad. Realmente existe la posibilidad de que ellos compliquen la situación. ¿Cómo sabemos que no son piratas?".
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