R. S. IBIZA (diariodeibiza.es). Un camarero del Ushuaïa Beach Hotel de Platja d´en Bossa se debatía ayer entre la vida y la muerte después de ser golpeado a medianoche por un empleado de seguridad del mismo establecimiento. Los hechos se produjeron en una zona del hotel reservada al personal y fueron grabados por las cámaras de seguridad. Al cierre de esta edición, el acusado de la agresión, Jose Pereira Sousa, portugués de unos 33 años, aún no había podido ser detenido por la Guardia Civil.
Ayer mismo, Fiesta Hotel Group, la empresa propietaria del hotel Ushuaïa, despidió a Pereira Sousa después de comprobar en las grabaciones de vídeo cómo atacaba al camarero con un brutal puñetazo con la mano izquierda que le destrozó la mandíbula y le causó daños que le dejaron en estado crítico.
La víctima es Abel Ureña Zafra, natural de Rubí (Barcelona) y de 28 años de edad. Un compañero de trabajo y amigo informó por la tarde, entre lágrimas, que los médicos habían comunicado a la familia y a los amigos que Ureña tenía un cinco por ciento de probabilidades de sobrevivir. Según el parte que les facilitaron a media tarde, estaba en coma inducido, con respiración artificial y con el cráneo abierto para evitar una posible coágulo.
Fuentes no oficiales informaron de que el camarero fue intervenido quirúrgicamente por la noche y de que su estado era crítico, puesto que sufrió un traumatismo craneoencefálico severo y posibles lesiones cervicales, aunque tenía posibilidades de sobrevivir. La Policlínica Nuestra Señora del Rosario de Vila, donde está ingresado Ureña, rehusó informar de su estado a petición de la familia.
La agresión se produjo sobre las doce de la noche. A esa hora, cientos de personas disfrutaban de la fiesta amenizada por Luciano y Cadenza Vagabundos. Según el relato de varios testigos presenciales, Sousa observó cómo Ureña flirteaba con su novia cerca del Minami (un restaurante japonés que está dentro del recinto del Ushuaïa). Los dos trabajan juntos en la zona vip del hotel.
«Es como Mike Tyson»
Varios miembros del equipo de seguridad intentaron sujetar a Sousa para impedir que arremetiera contra el camarero, pero se zafó de los otros dos porteros que pretendían retenerle y fue a por Ureña, que se refugió en un office anexo a un aparcamiento habilitado para carga y descarga, al lado del restaurante japonés, según se aprecia en las grabaciones de las cámaras. Varios testigos explicaron cómo Sousa abrió la puerta, se quitó de encima a los dos compañeros que querían sujetarlo y propinó un único puñetazo a la víctima. El impacto fue brutal. La mandíbula del camarero reventó y Ureña cayó de espaldas contra el suelo y quedó tendido en medio de un charco de sangre. Sousa abandonó inmediatamente el lugar.
Varios miembros del equipo de seguridad intentaron sujetar a Sousa para impedir que arremetiera contra el camarero, pero se zafó de los otros dos porteros que pretendían retenerle y fue a por Ureña, que se refugió en un office anexo a un aparcamiento habilitado para carga y descarga, al lado del restaurante japonés, según se aprecia en las grabaciones de las cámaras. Varios testigos explicaron cómo Sousa abrió la puerta, se quitó de encima a los dos compañeros que querían sujetarlo y propinó un único puñetazo a la víctima. El impacto fue brutal. La mandíbula del camarero reventó y Ureña cayó de espaldas contra el suelo y quedó tendido en medio de un charco de sangre. Sousa abandonó inmediatamente el lugar.
El agresor es un hombre muy corpulento y luchador entrenado. «Mide 1,65 metros, es muy prepotente, y experto en vale tudo (modalidad de combate originaria de Brasil donde los luchadores pueden usar cualquier arte marcial o deporte de contacto). Además, entrena a sus compañeros», explicó ayer una de las personas que presenció la agresión, que prefiere permanecer en el anonimato. «Es como Mike Tyson», apuntó aludiendo a su corpulencia.
A los pocos minutos se personaron en el lugar varias patrullas de la Guardia Civil y la Policía Local de Sant Josep. Una ambulancia trasladó a Ureña a la clínica a las 0,34 horas, mientras los agentes del instituto armado recogían testimonios de los testigos de la agresión.
Al parecer, en un primer momento Sousa fue citado telefónicamente para comparecer en el cuartel de la Guardia Civil y dijo que lo haría ayer mismo. Sin embargo, no se presentó.
Un compañero de la víctima anunció ayer que muchos de los trabajadores del Ushuaïa tienen previsto manifestarse hoy por la tarde a las puertas del hotel para protestar por lo sucedido.
Fuente: diariodeibiza.es
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