jueves, 11 de agosto de 2011

Las piscinas de Madrid se llenan de policías y mediadores sociales

Las peleas y reyertas obligan al Ayuntamiento a reforzar la seguridad en algunos recintos de la capital

Lo que debería ser una jornada estival de asueto y diversión puede resultar todo lo contrario en algunas de las piscinas municipales de MadridAgresiones,robos amenazas se suceden en instalaciones que, el verano pasado, acumularon cerca de una treintena de peleas. Este año la más sonada ha sido la ocurrida en Entrevías, donde una familia golpeó y amenazó de muerte a los socorristas que se afanaban en reanimar a la pequeña del grupo, que había caído al agua. Un suceso que el Ayuntamiento de Madrid quiere reducir a la categoría de excepción poniendo en marcha un operativo especial para reforzar la seguridad y prevenir hechos de esta naturaleza.
La proliferación de estos actos deja fuera de juego a los socorristas de las respectivas instalaciones al carecer de licencia para actuar en actos de este tipo. De ahí que una de las medidas implantadas por el Consistorio incluya que una pareja de la Policía Municipal de la comisaría más próxima al recinto haga acto de presencia, al menos una vez por la mañana y otra por la tarde. "Ésta es la medida más efectiva para disuadir a los vándalos. La seguridad privada no cuenta con todos los medios y no logra frenar los actos delictivos", indica Eulalio Hernández, delegado de prevención de UGT.
Incluso algunos de los 85 agentes que anteriormente estaban asignados a la protección de concejales electos del Ayuntamiento de la capital han sido reubicados y se distribuirán en las unidades integrales de los 22 distritos. Toda ayuda es poca. Las piscinas que cuentan convigilancia policial son las de Aluche, Orcasitas, San Fermín, Palomeras, La Elipa, Moratalaz y Vicálvaro.
En esta última, el verano está siendo más tranquilo de lo habitual y, salvo algún destrozo de material provocado por vándalos, el problema más generalizado es el de la entrada al recinto y fuera de horario de grupos de jóvenes dispuestos a utilizar las instalaciones para realizar algún botellón, practicando un uso indebido que ha acabado con la rotura de una escalera de acceso a la piscina.
En ese sentido también se ha reforzado la presencia de mediadores socioculturales -en algunos casos de la misma nacionalidad que muchos de los usuarios- para tratar de llevar a cabo una labor más cercana y efectiva. El caso más gráfico es el del 'burkini' árabe, o el de gente de etnia gitana que trata de bañarse vestida e incluso calzada. Pero no son los únicos.
Cualquier excusa puede derivar en pelea
Pese a que en muchos sitios las áreas se reparten por nacionalidades -rumanos en una esquina, magrebíes en otra, etc…-, como reconocen algunos usuarios de estas instalaciones "nunca se sabe dónde puede estar el detonante de una pelea". El ruido de un aparato de música, el deseo de coger un sitio con sombra… o una simple mirada. De ahí que los mediadores traten de hacer entender a unos y otros la diferencia de costumbres y tradiciones y la necesidad de ajustarse a las normas básicas de convivencia.
Otra de las medidas prioritarias es la de aumentar la altura de las vallas que cercan los recintos, para evitar así que alguien pueda colarse. Pero estas reformas han quedado en suspenso por la actual coyuntura económica. Como el mantenimiento de las cámaras de vigilancia de las instalaciones de Vicálvaro, cuyo uso se ha paralizado en los últimos meses.
El Ayuntamiento confía en que con este nuevo protocolo de seguridad no se repitan sucesos como el que el 28 de mayo se saldó con varios empleados agredidos cuando trataban de mediar en una disputa entre dos usuarios de la piscina de San Fermín, en el distrito de Usera.

 

No hay comentarios: