lunes, 25 de octubre de 2010

Los escoltas se convierten en ‘babysitters’

Mientras su madre se preparaba para su aparición institucional en la Fiesta Nacional del 12 de octubre, la infanta Leonor se iba de parranda con sus primas Carla y Amanda y con la tía Thelma como jefa de la expedición. Las cuatro, más una amiga y la seguridad pertinente, se fueron al cine a ver Gru, mi villano favorito.
No es la primera vez que Leonor disfruta de la familia materna, a la que trata más que a la paterna. De hecho, y salvo el posado de Marivent y la misa de Pascua en la catedral de Palma, son escasas las veces que se ha visto a las niñas Borbón/Ortiz con los primos Urdangarín y  Marichalar. Si en el caso de los hijos de los duques de Palma está más que justificado, porque les separa un océano, con Froilan y Victoria esta falta de apego infantil resulta más pintoresca.
No hay imágenes de la heredera del heredero ni de Sofía compartiendo tarde en ese tiovivo de la calle Serrano que tan útil ha sido para divertir a los niños Marichalar. Tampoco tardes de cine ni circo ni parque del Retiro ni pistas de esquí ni suelta de tortugas en Cabrera ni cabalgata de reyes en Navidad. La nula relación, más allá de la intimidad familiar, es notable.
Si llama la atención esa incomunicación lúdica, más sorprendente resulta que un escolta ejerza de babysitter con la infantita. Según las imágenes y la información que aparecen en la revista Lecturas, Leonor, acompañada por un profesional de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, quedó con la tía Thelma y las primas en la traquilla del cine. Lo más normal habría sido que la hermana de la princesa se hubiera acercado a recoger a la niña a su casa, y así no sorprendería que un funcionario se convirtiera por unas horas en canguro de la primogénita Borbón.
Desconozco si entre las obligaciones de un escolta se encuentra la de llevar en brazos al escoltado, aunque éste sea un tierno infante. Aún permanecen en la memoria de muchos los paseos en patinete de Marichalar, cuando aún era yerno real, mientras los guardaespaldas vestidos con traje y corbata le seguían corriendo con los calores del verano.

Fuente: vanitatis.com
20/10/10

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