lunes, 11 de octubre de 2010

Ángeles de empresarios

Cuatro vigilantes serán distinguidos mañana por la Guardia Civil por reducir los robos en el polígono de Roces-Porceyo

Ángeles de empresarios
Rubén Álvarez Fernández, José Alberto Álvarez, Ángel Manuel Rodríguez y Francisco González, en el polígono de Roces-Porceyo. :: BILBAO
Una buena labor siempre tiene recompensa. A la gratitud de los empresarios del polígono de Roces-Porceyo asociados a Gespor, a los vigilantes que se encargan de la seguridad privada de esa zona industrial, se une el reconocimiento que mañana les tributarán los responsables de la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón, durante la celebración de la fiesta del Pilar.
Se trata de cuatro vigilantes -Rubén Álvarez Álvarez, Francisco González Parrondo, Ángel Manuel Rodríguez López y José Alberto Álvarez Álvarez- que, coordinados por el jefe de servicios de Prosegur, José Albuerne, han conseguido reducir a la mínima expresión el nivel de robos que se registran en las naves industriales del polígono desde que iniciaran sus labores de vigilancia hace seis años.
Pero la seguridad privada no está sola en la vigilancia, pues cuentan con planes de colaboración tanto con la Guardia Civil como con el Cuerpo Nacional de Policía, según apunta Albuerne, quien recuerda que este último cuerpo ya reconoció su labor en la última celebración de su patrona, los Ángeles Custodios.
Los vigilantes se sirven de dos vehículos para vigilar las naves de los 193 empresarios asociados a Gespor. Pero estos profesionales no quieren dar importancia a su labor y creen que el nivel de delincuencia en el polígono bajó «porque hacemos un trabajo preventivo y disuasorio; que da una imagen de seguridad».
De todas formas, aquellos que quieran cometer alguna fechoría en el polígono de Roces-Porceyo saben que tendrán enfrente a estos cuatro vigilantes que, además, tienen de su lado a las fuerzas de seguridad del Estado. Ante cualquier emergencia «tenemos una capacidad de respuesta de unos tres minutos», precisan.
Estos profesionales deben desarrollar su labor en un polígono público, abierto al tránsito, por lo que tienen que estar especialmente entrenados en reconocer cualquier situación sospechosa. A pesar de todo, han conseguido que el nivel de delincuencia sea «bajísimo».
Ellos no sólo se limitan a evitar robos en las naves industriales, sino que advierten a los responsables del polígono de cualquier peligro potencial, de todo tipo, que puedan advertir, como «baches en las calles, pequeños incendios, farolas fundidas, obras mal señalizadas o, incluso, «guiar a camioneros extranjeros perdidos por el polígono. Hay que tener en cuenta que a las tres de la madrugada un polígono industrial es un lugar muy solitario y siempre que agradece una ayuda».
Información
No todos los empresarios del polígono están suscritos al servicio de seguridad privada. Esto supone que en muchas ocasiones, aunque adviertan de alguna incidencia en una nave no asociada, no tienen modo de ponerse en contacto con su propietario. Sí tienen, por contra, los números de teléfono de todos los asociados.
Estos profesionales se benefician, además, de una información bidireccional con las fuerzas de seguridad del Estado, sobre todo en lo relativo con las alertas sobre bandas organizadas de delincuentes, especialmente teniendo como referencia matrículas de vehículos sospechosos.
A partir de las 13 horas de mañana, en la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón, Ángel Manuel Rodríguez será el encargado de recoger en nombre de sus compañeros el diploma que les reconoce su trabajo; una labor que garantiza la normal actividad de las empresas del polígono.
 
 

 

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