domingo, 3 de octubre de 2010

Las artes marciales, al servicio de la lucha contra el delito

Un ex miembro del Grupo de Operaciones Especiales dirigió ayer una sesión práctica a agentes y empleados de seguridad
Su currículum impresiona. Siete años miembro del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía Nacional; experiencia en misiones internacionales en Argelia, Mauritania y Haití, esta última bajo mandato de las Naciones Unidas; presidente de la World International Self Defense Association (WISDA)... José Luis Montes dirigió ayer una sesión eminentemente práctica en Pontevedra sobre técnicas de intervención policial a la que asistieron una treintena de personas, de las que un tercio eran miembros de la Policía Nacional y otros tantos, empleados de seguridad privada.


El objetivo fue mostrar, en el gimnasio Odisea, la base sobre la que se articulan la mayor parte de las técnicas policiales. De este modo, el objetivo se puso, en un primer momento, en cómo se debe proceder a arrestar a un individuo de peligrosidad moderada o reducida, para, acto seguido, pasar a mostrar los procedimientos que se deben emplear cuando los sospechosos son peligrosos o emplean algún tipo de arma. Asimismo, se incidió en cuál debe ser el método para conducir a estas personas arrestadas: «La técnica de detención, tal y como indica la palabra, es el procedimiento para detener a una persona. Está claro que para detenerla, primero tendrás que emplear una técnica en el que sospechoso esté controlado, inmovilizado, para luego ponerle los grilletes. Podríamos decir que la inmovilización entra dentro de lo que es la detención», reseñó Montes.

Se trata de unos procedimientos que están «en constante evolución». En este sentido, el ex GOES apuntó que «la defensa policial personal está inspirada en las artes marciales (...), por lo que las técnicas se adaptan a la realidad del momento y se emplean en situaciones reales de defensa. Es decir, la gente por la calle no lleva un kimono, por lo que sería inútil enseñar técnicas de agarre de kimono».

Eso sí, en todo momento se puso el acento en emplear la menor lesividad posible. Está claro que los procedimientos mostrados ayer están dirigidos a tratar con delincuentes, pero sin conculcar sus derechos. En este punto, Montes se mostró contundente a la hora de insistir en que se debe respetar siempre la «declaración de las Naciones Unidas» y actuar «bajo los principios de proporcionalidad, oportunidad y congruencia. Esto quiere decir que si alguien me agarra la muñeca o el brazo no puedo responder rompiéndole la nariz de un puñetazo. No sería proporcional».

Tras la sesión de ayer, se llevó a cabo un examen de grado de cinturón negro de defensa personal policial en el que participaron algunos de los asistentes.

Escasa presencia femenina

De la treintena de personas que se inscribieron, apenas tres eran de sexo femenino. A este respecto, precisó que, si bien suelen ser hombres los que asisten a estos seminarios, las mujeres «se van animando poco a poco».

Montes apuntó que la WISDA suele organizar

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