La policía acabó ayer a las 13.15 horas con un fiesta "rave" organizada de forma ilegal en una nave abandonada de Paterna en la que participaron más de mil jóvenes. La fiesta comenzó a las cuatro de la madrugada de ayer. La Policía Local de Paterna y el Cuerpo Nacional de Policía lograron clausurar la fiesta ilegal sin que se produjeran incidentes, según confirmaron testigos presenciales.
Los organizadores convocaron a los jóvenes a través de redes sociales de internet como Facebook y de mensajes SMS en una nave del polígono industrial l'Andana. El recinto, que albergó una empresa que fabricaba discos para pulir, se encuentra en una zona solitaria, pero una pareja de la empresa de seguridad privada que vigila el polígono alertó a la policía en cuanto comenzó a detectar los primeros movimientos extraños.
Un portavoz del Ayuntamiento de Paterna explicó que los agentes decidieron no entrar en la nave porque ya había alrededor de mil personas y querían evitar incidentes. "La Policía Local cortó los accesos para que no entraran más coches y realizó controles de alcoholemia en los accesos de la nave. Los agentes comprobaron que los organizadores no tenían autorización ni licencia de ninguna clase", añadió el portavoz municipal. La policía identificó a "algunos" responsables de la fiesta, que van a ser denunciados por usurpación de inmueble y por convocar la actividad sin licencia.
Los responsables de la fiesta montaron un equipo electrógeno y un sistema de luces para iluminar la nave, que se encuentra en muy mal estado y carece de las mínimas medidas de seguridad.
Durante la mañana todavía quedaban 250 jóvenes en el interior de la antigua fábrica. Los últimos asistentes salieron voluntariamente a las 13.15 horas y prácticamente no dejaron restos de basura a pesar del alcohol consumido, según pudo comprobar este periódico.
La última cita congregó a 2.000 personas
La última fiesta "rave" detectada por la policía se celebró en Nochevieja en otra nave abandona del polígono Fuente de Jarro de Paterna. La fiesta, que llegó a reunir a 2.000 personas, se inició el día 31 y la policía logró clausurarla dos días después. Los agentes, como ocurrió ayer, decidieron no intervenir al no haber alteración del orden público. La policía interpuso 14 denuncias administrativas a los organizadores del encuentro, aunque finalmente no fueron sancionados. Otra fiesta ilegal congregó a 5.000 personas en Buñol hace dos años. r. f. valencia
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