miércoles, 27 de octubre de 2010

Detenidos en Bucarets dos de los rumanos que mataron al vigilante

Uno ya ha sido extraditado y está preso en Madrid. El segundo llegará en unos días.

Las autoridades rumanas han detenido en Bucarest a dos de los cuatro ciudadanos de aquel país puestos en busca y captura internacional como autores de la muerte del vigilante de seguridad José Antonio Jiménez, de 32 años, a quien apalearon brutalmente durante un robo de cobre en una planta fotovoltaica situada en el término municipal de Marchena. Uno de los dos detenidos ya ha sido extraditado a España y se encuentra en una cárcel madrileña; el segundo será extraditado en los próximos días, según ha confirmado el letrado de la familia del fallecido, Rafael Titos.
Los dos detenidos, sobre los que pesan pruebas irrefutables de su ADN encontradas en el lugar de la agresión al vigilante de seguridad, han sido identificados como Adi. D. , de 21 años, y Cancea M.L., de 23 años. Al primero le constan más de veinte detenciones anteriores por robo con violencia, lesiones, contra la seguridad del tráfico e incluso por agresión sexual. Por su parte, Cancea ha sido detenido una decena de veces, tanto por la Policía como por la Guardia Civil, por robo con violencia en las cosas. Varias de las detenciones que acumulan han sido en la provincia de Sevilla por robo con fuerza en naves y domicilios, aunque una y otra vez quedaban en libertad.
Los dos jóvenes rumanos habían logrado huir de España y refugiarse en Bucarest aprovechando la lentitud con que avanzaban los análisis biológicos de las muestras que fueron recogidas en el lugar del robo.
Una vez que éstas confirmaron la identidad de los sospechosos, la Guardia Civil emitió una orden internacional de búsqueda, que ha dado fruto en relativamente poco tiempo.
Según la investigación, en la agresión mortal al vigilante José Antonio Jiménez participaron al menos cuatro personas, de las que tres dejaron claramente su ADN. Dos de ellos son los detenidos en Rumanía, mientras que el tercero es Stancu I., de 32 años, que llegó a ser detenido en un pueblo de Valencia por los mismos cargos que sus compatriotas, pero fue inexplicablemente puesto en libertad, sin que hasta el momento se conozca su paradero.
En Soto del Real
Algo similar pudo haber ocurrido con Adi D. tras ser extraditado a España. De hecho, su prisión fue decretada por el titular del Juzgado de Instrucción número 36 de Madrid tras recibir por fax un oficio del Juzgado de Marchena, en el que se pedía que se le tomara declaración y se decidiera sobre su situación personal.
Adi D. se encuentra actualmente en la cárcel de Soto del Real, desde donde será enviado a Sevilla en los próximos días para ser interrogado por el juez de Marchena, que instruye la causa por la muerte del vigilante.
Los detenidos forman parte de una banda itinerante de rumanos, sin domicilio fijo, que recorre varias provincias a bordo de una furgoneta dedicándose al robo de cobre en naves, obras e instalaciones de distinto tipo, acciones en las que siempre han hecho uso de una violencia extrema. De hecho, su modus operandi se repite en todos los hechos. Tanto que se les considera autores de un asalto idéntico al que acabó con la muerte de José Antonio Jiménez.
En este caso, se trató de un robo perpetrado tres meses antes, en agosto de 2009, en una obra de Sanlúcar la Mayor, donde apalearon al celador nocturno de la obra y, al igual que hicieron con José Antonio, se apoderaron de su coche —que luego apareció calcinado— y de sus teléfonos móviles.
José Antonio Jiménez tuvo menos suerte que su colega, ya que durante el salvaje asalto del que fue víctima, sus agresores llegaron a clavarle un punzón en un ojo, lo que le causó daños cerebrales que, al final, determinaron su muerte mes y medio después de la agresión.

No hay comentarios: