lunes, 4 de enero de 2010

Quince familias renuncian a sus pisos del Ivima por graves deficiencias


Los pisos vacíos no se han adjudicado aún, así la la comunidad es cara


Las bolsas de la basura se acumulan en los portales, llenos de suciedad

La Comunidad de Madrid niega la mayoría de las acusaciones de abandono

Habitualmente, cuando a alguien le toca un piso de alquiler del Ivima, un chollo, sus conversaciones con los vecinos suelen incluir frases como "qué bien que nos ha tocado", "qué barato que es" y otra ristra de parabienes. En Honrubia, 14, en el PAU de Vallecas, sin embargo, los vecinos se preguntan unos a otros cuándo van a abandonar "esta ruina".


"Yo pensé que me había tocado la lotería. Di un grito que casi me echan del trabajo", recuerda Nayra sobre el día que ganó la vivienda en el sorteo. Seis meses después de alquilarlo, esta joven de 30 años ya está haciendo las maletas para irse, como han hecho otras 15 familias.

¿Qué pasó para que el piso idílico se convirtiera de repente en una casa similar a aquella de la película de Tom Hanks y Shelley Long? "Pues de todo. Tardaron 10 meses de más en entregárnoslo y cuando llegamos estaba en estado de abandono", cuenta Marta, otra de las vecinas que ha optado por renunciar a la ganga.

Había cucarachas, cerraduras rotas, un jardín abandonado, tazas del water con excrementos, puertas de las casas con desperfectos que todavía no han sido arreglados, calderas que no funcionaban, tuberías con cascotes de obra que han provocado averías...

De 49 adjudicatarios de estos pisos de régimen de alquiler sólo ejecutaron su opción a ocuparlos 38. El precio, según algunos residentes, "excesivo", les echó para atrás: de 413 a 490 euros de alquiler más los gastos de comunidad.

Al ser menos, los vecinos que sí se atrevieron a formar allí un hogar tuvieron que adelantar los gastos de los pisos vacíos para dar de alta la luz, el agua, los ascensores, el mantenimiento de las calderas, las placas solares y la puerta del garaje, según aseguran los residentes. La comunidad les subió de entre 48 y 55 euros hasta 120.

Estado de abandono

La casa de sus sueños se convirtió de repente en un saco roto, un pozo sin fondo. Con el agua al cuello, tuvieron que renunciar por falta de dinero al garaje y al servicio de limpieza. Ahora aparcan sus coches fuera, la suciedad se acumula en los portales y las bolsas de basura hacen las veces de macetas en la entrada de los portales.

"Todo está mal planteado. Tenemos seis ascensores para 49 vecinos. Por las calderas, por ejemplo, pagamos un 60% más que otros presupuestos del mercado ya que podían dar calor a 600 vecinos, y encima el Ivima no te deja cambiar de compañía a una más barata para las calderas o las placas solares», relatan los vecinos, que también denuncian faltan de seguridad. "Las puertas de entrada de los portales están rotas, aquí entra quien quiere", explican.

"La Comunidad de Madrid nos ha abandonado a nuestra suerte", dicen. Tal es la dejadez del Ivima, dicen, que hasta una pareja ha okupado uno de los pisos tras romper la puerta del portal, que todavía no se ha arreglado, y la de entrada a la casa. Un vecino ha colocado un cartón para tratar de evitar que entre el frío al portal por la puerta rota.

Poco a poco los vecinos se han ido yendo mientras los pisos vacíos siguen sin adjudicarse, lo que evita que baje la comunidad, aunque según afirman, el Ivima ha comenzado a pagar ya las cuotas de las casas desocupadas, «pero tarde».

«Hablan de pisos sociales, pero esto es una tomadura de pelo. Se juega con nuestras ilusiones», concluye Marta, que decidió en noviembre abandonar el alquiler ante la falta de soluciones por parte de la Administración. "Nosotros nos vamos de este piso; es una ruina".
Réplica del Ivima

El gerente del Ivima, José Antonio Martínez Páramo, asegura que ha mantenido al menos dos reuniones con los vecinos de la promoción de viviendas de Honrubia para atender sus quejas. Además, insiste en que la institución de la Comunidad de Madrid que dirige ha pagado las cuotas de los pisos vacíos y de los vecinos morosos.

"No hay ninguna comunidad del Ivima con morosidad", dice Martínez. Asimismo, afirma que los vecinos de esta promoción del PAU de Vallecas tienen tantos gastos comunitarios por el contrato que ellos mismos, "y no el Ivima», firmaron con la empresa que les lleva la gestión, que incluye un "servicio de portero", detalle que niegan los residentes. "Pero si no tenemos ni limpieza", replican.

Sobre la seguridad, Martínez subraya que han puesto seguridad privada y, por otro lado, justifica la renuncia a los pisos por parte de "unos 10 vecinos" por la coyuntura económica.

"Es una promoción que está muy bien", añade el gerente del Ivima, que niega que la comunidad que le ofrecieron a los vecinos en primera instancia superara los 50 euros. "Como mucho cuesta 30", dice.

No hay comentarios: