Los profesionales critican que la mayor parte de ambulatorios carecen de timbres de emergencia o vigilancia privada
Los médicos se sienten indefensos. El último episodio de agresión a un facultativo en el centro de salud Padre Salado de La Banda ha hecho saltar la voz de alarma entre los profesionales sanitarios. Ésta fue la última de una tanda de cuatro episodios en sólo veinte días, una situación cuanto menos preocupante.
En la mañana de ayer una nutrida representación de sindicatos y corporaciones médicas de Cádiz, a las que se sumó el presidente del Colegio Oficial de Médicos de la provincia, Miguel Morgado, realizó una concentración a las puertas del ambulatorio donde ocurrieron los hechos. Pocas veces se había visto tanto apoyo y es a través de la unión de fuerzas con lo que la profesión quiere hacer frente a esta lacra.
Más seguridad
En las consignas que corearon reclamaron más seguridad en el trabajo. A pesar del rosario de casos que se han producido en los últimos años, aún hay muchos centros de salud que no cuentan con agentes de seguridad privada, cámaras de vigilancia ni con timbres antipánico. Ése es el caso del centro chiclanero donde se produjo el último caso.
Sindicatos y colegios profesionales coionciden en que la falta de personal y la consiguiente presión asistencial les perjudica. A su parecer, el paciente descarga la frustración contra quienes trabajan en los centros sanitarios públicos. Desde el SAS siempre han defendido que «no se puede justificar ninguna agresión con la falta de personal ni de recursos». Sólo durante el año pasado se produjeron casi 300 casos de agresiones verbales y físicas, pero apenas se denuncia un 10% de ellas.
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