miércoles, 20 de enero de 2010

Los testigos del asalto al blindado no identifican a los grapos acusados


Aducen que no recuerdan porque ha pasado mucho tiempo, pero se ratifican en sus declaraciones en Vigo
La mayoría de los testigos que presenciaron el atraco al furgón blindado de Prosegur el 8 de mayo del 2000 en Vigo no recuerdan casi nada de lo sucedido, según aseguraron ayer en la segunda jornada del juicio que se desarrolla en la Audiencia Nacional contra los siete miembros del Grapo acusados de haber cometido esta acción criminal.
Tanto las personas que presenciaron parte del asalto desde una cafetería próxima, como los jóvenes estudiantes que se desplazaban a sus institutos y los vecinos de la zona, adujeron que han pasado casi diez años desde que se produjeron los hechos y que apenas recuerdan generalidades de lo sucedido. Ninguno fue capaz de identificar a los supuestos autores del asalto, entre ellos Fernando Silva Sande, Marcos Martín Ponce, Israel Torralba y Mónica Refojos, en el que utilizaron tres explosivos y mataron a dos vigilantes de seguridad que iban en el furgón.


Posiblemente tuvo algo que ver en la postura de los testigos presentados por la Fiscalía la negativa del magistrado que preside el juicio, Alfonso Guevara, a que declararan protegidos por una cortinilla que les impidiera ser vistos por los grapos acusados, cuatro de ellos en el interior de un espacio acristalado blindado. La fiscala solicitó que se les protegiera igual que a los policías que declararon en la primera jornada. Pero Guevara se negó a ello, pues la petición no estaba justificada, según arguyó, y permitió las de los agentes porque son posibles objetivos de la banda y porque muchos trabajan en tareas de información que se verían perjudicadas.
A pesar de todo, la fiscala preguntó a los testigos si se ratificaban en las declaraciones que hicieron el día de los hechos ante los agentes y, posteriormente, en la instrucción del caso. Todos asintieron. En ellas, varios reconocieron a los integrantes de los Grapo que protagonizaron el ataque.
Una de las declaraciones más esperadas era la de Manuel Espada Pérez, el vigilante herido que salvó la vida porque no salió del blindado. Este aseguró que no pudo ver nada de lo que sucedió fuera, salvo que al compañero que iba con él en la parte de atrás del vehículo le dispararon en cuanto salió: «Solo vi sombras. Creo que vi a la persona que disparó a mi compañero, pero no sabría decir quién fue». Y añadió: «Creo que vi una escopeta, pero no estoy seguro».
Después explicó cómo hirió a uno de los asaltantes: «Cuando intenté meterme hacia dentro del furgón, me pareció que uno de ellos iba a subirse. Disparé, y tengo la sensación de que le di. Recuerdo que se peinaba hacia atrás, llevaba una cazadora oscura y tenía barba».
Esta prueba testifical no tuvo gran valor de cara a probar la participación de los integrantes del grupo terrorista en el asalto. Pero, según fuentes del caso, las que presentarán hoy los peritos y forenses demostrarán la presencia de los miembros de los Grapo en el asalto al furgón.

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