sábado, 30 de enero de 2010

Detenido el jefe de seguridad de un centro comercial por robar miles de productos

 

El acusado aprovechó su puesto para cometer los hurtos durante cinco años y vender los efectos a tiendas de segunda mano

MARCOS OLLÉS. PALMA. Debía hacer frente a los ladrones y acabó convirtiéndose en uno de ellos. La Policía ha detenido al jefe de seguridad de un centro comercial de Palma por haber robado durante los últimos cinco años miles de productos de toda clase del hipermercado que vigilaba. Junto a él fueron arrestados cuatro de sus familiares que supuestamente se encargaban de dar salida a la mercancía, ya que se ha detectado que realizaron hasta 130 ventas por valor de 16.000 euros en tiendas de segunda mano. Los investigadores se incautaron en el domicilio familiar de miles de efectos –videoconsolas, cámaras fotográficas, ordenadores portátiles, teléfonos móviles, perfumes, juguetes, prendas de ropa y calzado, entre muchos otros– procedentes del centro comercial y valorados en unos 30.000 euros. Sin embargo, sospechan que se trata solo de una pequeña parte del botín obtenido por los acusados durante estos años.

Noches y días festivos

Según informó ayer el inspector de la Policía Nacional Carlos Franco, máximo responsable de la investigación, las pesquisas se iniciaron el pasado mes de noviembre tras una denuncia de los responsables del centro comercial, que sospechaban que alguno de sus trabajadores estaba llevándose una gran cantidad de productos. Las pesquisas se prolongaron durante varias semanas hasta que los agentes apuntaron como principal sospechoso hacia el máximo responsable del equipo de vigilantes, J.V.S., de 47 años, que llevaba una década en el puesto. Al parecer, aprovechaba tanto las guardias nocturnas como los días festivos en los que estaba al cargo de la vigilancia del recinto para llevarse los efectos.
Los investigadores descubrieron que tanto la mujer como los dos hijos y una nuera del acusado eran los encargados de vender los productos robados. Desde el año 2004, habían acudido en 130 ocasiones a tiendas de segunda mano para llevar a cabo ventas tan sospechosas como las de cinco videoconsolas, supuestamente procedentes de los robos en el centro comercial, con solo unos días de diferencia. En total, consiguieron unos 16.000 euros, aunque la Policía ha comprobado que también ofrecían los productos a particulares, por lo que es prácticamente imposible certificar la cantidad de efectos que robaron en el hipermercado.
Con estos indicios, la Policía registró el pasado miércoles la vivienda de los acusados. Allí se almacenaba una ingente cantidad de productos de toda clase que todavía conservaban la etiqueta del centro comercial del que habían desaparecido. Tal era la cantidad de efectos que los policías tardaron 13 horas en hacer el inventario de todos los objetos intervenidos, cuyo valor supera los 30.000 euros.
Aquel mismo día fueron arrestados tanto el vigilante como su mujer, sus dos hijos y su nuera, que quedó en libertad con cargos tras prestar declaración dado que está al cuidado de tres niños. Los otros cuatro sospechosos, que están acusados de un delito continuado de hurto, fueron puestos ayer por la tarde a disposición del juzgado de instrucción número 1 de Palma, que se encontraba en funciones de guardia.


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