martes, 5 de enero de 2010

El Principado despide a tres de los cuatro guardas de seguridad del funicular de Bulnes


El Ejecutivo planea controlar con cámaras la instalación, que permanece desde el pasado día 1 sin vigilancia nocturna

LÓPEZ DE ARENOSA Poncebos (Cabrales),


Ramón DÍAZ

El funicular de Bulnes se ha quedado sin servicio de vigilancia nocturna. El Gobierno del Principado, titular de la instalación, ha despedido a tres de los cuatro guardas de seguridad que vigilaban el tren de cable que une Los Llanos de Torbanes, junto a la localidad de Poncebos, con Bulnes. El único guarda de seguridad que trabaja en el funicular desde el pasado día 1 tiene contrato hasta el próximo mes de abril. Existe la poisibilidad de que no renueve su contrato, dado que los planes del Ejecutivo de Vicente Álvarez Areces pasan por instalar cámaras de vigilancia. Este periódico intentó ayer sin éxito obtener la versión de la Dirección General de Transportes del Principado.

Algunos vecinos de la zona han criticado la decisión del Principado y han asegurado que el despido de los guardas de seguridad supone «dejar al descubierto» la instalación por la noche. El asunto es aún más delicado, según los lugareños, porque las puertas del funicular, tanto la superior como la inferior, son de madera y no cuentan con especiales medidas de seguridad. Los vecinos que han alertado sobre esta situación han señalado que los planes del Gobierno del Principado para instalar cámaras de vigilancia tampoco parecen convincentes, dado que este tipo de instrumentos requieren necesariamente la presencia de un vigilante titulado en los controles.

El servicio de vigilancia del funicular de Bulnes fue realizado hasta el pasado 31 de diciembre por cuatro vigilantes titulados de una empresa de seguridad contratada por el Gobierno del Principado. El tren de cable ha contado hasta entonces con vigilancia continuada, las veinticuatro horas del día. Desde el 1 de enero la vigilancia se limita a ocho horas cada día.

El funicular es el único acceso rodado al pueblo de Bulnes, situado en el corazón del parque nacional de los Picos de Europa. Tiene un horario y un número de viajeros diarios limitado y cuenta con un vagón de mercancías para los vecinos de la localidad. Los lugareños, con el respaldo del Ayuntamiento, solicitan desde su inauguración, a mediados de la década pasada, la ampliación de los horarios.

El Gobierno del Principado ha colocado carteles indicadores del funicular de Bulnes por toda la comarca oriental asturiana, en un claro intento de llamar a los turistas a utilizar el remonte. Pese a ello, el tren de cable cabraliego es deficitario: le cuesta al Principado 300.000 euros cada año.

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