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La baronesa estaba en el probador del establecimiento, en la localidad gerundense de Playa de Aro
EUROPA PRESS - Madrid - 19/11/2008
Un escolta privado que presta servicio a la baronesa Thyssen logró evitar el atraco a una tienda de ropa mientras su protegida permanecía en el probador, según han informado fuentes cercanas al caso. Los hechos tuvieron lugar el domingo 19 de octubre no en la milla de oro de Madrid ni en ninguna de sus exclusivas tiendas, sino en el outlet Ivan de la localidad gerundense de Playa de Aro. Un outlet es un establecimiento comercial especializado en la venta a precios muy rebajados de productos de marcas famosas, ya sean defectuosos o de otras temporadas.
Mientras la baronesa miraba cómo le quedaba una prenda de abrigo en los probadores, un individuo se acercó a la caja, cogió la mayor parte del dinero en efectivo e intentó huir. La dependienta, que atendía en ese momento a otras clientas, se percató, intentó detenerlo y fue empujada por el asaltante. Ése fue el crucial momento en el que el escolta de Tita Cervera reaccionó. Se interpuso en el camino del atracador, esquivó un golpe que éste le lanzó y logró inmovilizarle.
El escolta, con una dilatada experiencia en el ámbito de la seguridad, introdujo al ladrón en la tienda a la espera de que acudiesen al lugar los Mossos d'Esquadra. El detenido es un rumano con nueve antecedentes por robo y contra él se había dictado una orden de busca y captura. Fuentes policiales han indicado que en el atraco el presunto ladrón estaba acompañado de un compatriota que en el momento de la detención se hizo pasar por un cliente y negó cualquier relación con el arrestado.
Ivan Outlet abre los fines de semana en la Avenida S'Agaro y ofrece ropa y calzado de primeras marcas, pero de temporadas anteriores y a precios más asequibles. Los sábados y domingos toma el relevo de otra tienda de los mismos propietarios ubicada cerca de allí y de la que se abastece. La baronesa Thyssen, que es clienta habitual de la tienda desde hace décadas, tiene una mansión en la localidad de Sant Feliu de Guixols y ese domingo se trasladó a Playa de Aro, a tan sólo seis kilómetros, para realizar unas compras.
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