viernes, 14 de noviembre de 2008

La bajada de la inflación debe facilitar la negociación salarial en los convenios colectivos



UGT - miércoles, 12 de noviembre de 2008


Los datos del IPC publicados hoy por el INE indican una bajada de la inflación hasta el 3,6%. Este descenso viene determinado fundamentalmente por una bajada de los precios del petróleo, y su repercusión en sectores como el transporte o la vivienda, y por la bajada de los precios de los alimentos. Para UGT, esta situación plantea un escenario más favorable para la política salarial que hay que negociar en los convenios colectivos y más favorable también para que el Banco Central Europeo contribuya a la recuperación económica cambiando su política de tipos de interés.
Según los datos dados a conocer hoy por el Instituto Nacional de Estadística, los precios han caído nueve décimas en el último año, con lo que variación interanual del IPC se sitúa en el 3,6%. La tasa de variación mensual ha aumentado tres décimas respecto al mes de septiembre, mientras que el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) se ha reducido un punto, situando su tasa anual en el 3,6%.
La variación de los precios durante el mes de octubre se ha incrementado tres décimas, debido sobre todo a la repercusión positiva del Vestido y Calzado ante el inicio de la temporada de invierno, y al incremento de los precios de la enseñanza, especialmente la superior, propia del comienzo del curso universitario. Por el contrario, el grupo de Transporte se ha visto favorecido por la bajada de los precios de los carburantes y lubricantes. Se han sumado a esta rebaja los grupos de Ocio y Cultura, Alimentos y bebidas no alcohólicas y Hoteles, Cafés y Restaurantes.
A pesar del incremento en la variación mensual de los precios, la variación interanual se ha reducido nueve décimas, hasta situarse en el 3,6%, debido al descenso en los precios de Alimentos y bebidas no alcohólicas (cuya tasa anual cae dos puntos respecto al mes anterior, destacando la leche, los productos lácteos, el pan y los aceites, entre otros), Transporte (con una tasa anual tres puntos inferior a la del mes de septiembre) y Vivienda (cuya tasa anual se reduce cinco décimas, debido a la bajada del precio del gasóleo para calefacción).
Según datos de Eurostat, el crecimiento de los precios en el último año en la Eurozona se sitúa, según sus previsiones, en el 3,2%, cuatro décimas menos que en septiembre; de ser así, se situaría en los niveles de principios de año. A pesar de esta tendencia positiva en la evolución de los precios en España y la Eurozona, nuestro país sigue manteniendo un diferencial positivo, pero con una senda bajista en este diferencial, que este mes se sitúa en cuatro décimas, cinco décimas menos que el mes anterior, y ocho décimas menos que a comienzos de 2008. El mantenimiento de este diferencia con nuestros competidores más directos, es uno de los problemas persistentes de nuestra economía, que además, aumenta o disminuye coyunturalmente, en función de la evolución al alza o a la baja de los precios del petróleo.
Por último, destacar que la tasa anual de inflación subyacente, es decir, la variación de los precios descontando los alimentos no elaborados y los productos energéticos, se sitúa en el 2,9%, rebajándose cinco décimas con respecto al mes de septiembre.
Conclusiones:
Octubre refleja un comportamiento estacional en la evolución de los precios en nuestro país, dado el comportamiento de los grupos del Vestido y calzado y de la Enseñanza, propios del momento del año en que nos encontramos. Pero también recoge el componente estructural de los precios de los carburante y lubricantes, reflejando los recortes de estos precios ante la menor demanda de petróleo y biocombustibles a nivel internacional, que han afectado directamente a la evolución positiva, tanto mensual como anual, de los precios de Transporte, entre otros.
En el contexto económico global en que nos encontramos, los actuales niveles de inflación son el escenario que venía reclamando el Banco Central Europeo, para modificar su política monetaria restrictiva y rebajar los tipos hasta el 3,25%, abandonando una política que no ha hecho sino agravar la actual situación de crisis global. Esta actuación del BCE supone un cambio de rumbo de su ortodoxia monetaria, anclada en el único objetivo de controlar la inflación, para dar cabida al problema de la falta de liquidez en los mercados y a la temida recesión económica, pero para UGT es necesaria una política responsable y coherente en el tiempo con la coyuntura económica por parte de esta institución.
El sindicato considera que, además de aliviar la escasez de liquidez, son necesarias nuevas rebajas de los tipos de interés, no sólo para generar inversión e inyectar liquidez en el sistema, sino para garantizar el crecimiento económico y el empleo, ya que todo apunta a un mayor agravamiento de la crisis y a la necesidad de mayores recortes en el precio del dinero. Esta nueva rebaja de tipos sería perfectamente compatible con las previsiones de inflación en la Eurozona y la evolución prevista de los precios del petróleo a nivel mundial.
Para UGT, debe ser prioritario mejorar y proteger los salarios, para lo cual es preciso extender y generalizar el modelo de determinación de los mismos, teniendo en cuenta los elementos fundamentales: el objetivo de inflación y su directa relación con la necesidad de establecer cláusulas de revisión salarial de plena eficacia y la mejora del poder adquisitivo de los salarios a través del aumento de las ganancias de productividad y el impulso de la convergencia del Salario Mínimo Interprofesional con el 60% del Salario Medio neto, tal y como establece la Carta Social Europea.
El modelo de determinación de los salarios que venimos desarrollando desde el 2002 en los ANCs, es flexible y permite contribuir de forma positiva a la evolución económica y del empleo, pues posibilita su adaptación a las realidades sectoriales y/o de empresa, y es compatible con objetivos macroeconómicos de reactivación de la economía, las políticas de redistribución de la renta y la cohesión social. Viene determinado por tres elementos inseparables:
La previsión u objetivo oficial de inflación como referencia de la evolución de los precios, que otorga estabilidad al sistema, elimina tensiones en la negociación y contribuye a reducir la inflación.
Los aumentos de la productividad, que constituyen el margen que permite que los salarios ganen poder adquisitivo, creciendo por encima de la previsión de inflación, a la vez que permiten una evolución de los costes laborales que no genera tensiones en los precios. Es, en definitiva, el componente que permite que todos los agentes, empresas y trabajadores, mejoren, repartiendo de forma justa los beneficios del crecimiento económico.
La inclusión en todos los convenios de cláusulas de revisión salarial, para preservar los incrementos libremente pactados de las eventuales desviaciones de la inflación real sobre la prevista. Las cláusulas son una parte esencial del modelo y así se ha ido comprobando en los sucesivos años, de tal forma que su no inclusión significa la quiebra total del mismo. La política de crecimiento salarial moderado que representa no se defiende si no es con esta premisa.
Los datos conocidos hoy reiteran la necesidad de que se produzca cuanto antes la renovación del ANC y el máximo cumplimiento de las cláusulas que incorpore, para amortiguar el efecto negativo de los factores directamente relacionados con el aumento del coste de la vida para los trabajadores.

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