domingo, 16 de noviembre de 2008

Se busca


El Grupo de Localización de Fugitivos ha detenido en los últimos tres años a casi 700 delincuentes extranjeros, la mayoría refugiados en zonas turísticas


Vivían como una pareja más de extranjeros voluntariamente exiliados en la costa alicantina en busca de sol. Habían elegido una tranquila urbanización de chalés, un gueto británico situado en la localidad de Benissa, donde residían bajo identidad falsa con su hijo de corta edad. Nada hacía sospechar que James Murray y Elisabeth McAndrew eran en realidad Anthony Kearney y Donna McCafferty, dos de los delincuentes más buscados en el Reino Unido. Su anonimato celosamente guardado durante una década se rompió la pasada semana, apenas unas horas después de hacerse público un cartel con las fotos de diez fugitivos de los que la Policía británica sospecha que se refugian en la Costa Blanca. Un vecino les reconoció al momento. Pero aún quedan otros ocho.
La captura de estos peligrosos estafadores fue posible gracias a una campaña de colaboración entre las autoridades británicas y españolas con 'Crimestopped', una asociación sin ánimo de lucro y con nombre de 'thriller' dedicada a localizar fugitivos a través de llamamientos a la ciudadanía. En este caso el objetivo es la Costa Blanca: los responsables policiales del Reino Unido están convencidos de que el litoral alicantino es un «refugio habitual» para sus delincuentes hasta el punto de calcular que en esta zona operan casi 40 organizaciones criminales. Sólo en Alicante residen 58.000 británicos; no se relacionan demasiado con la población local por lo que sus colonias sirven de perfecto escondrijo a cualquier compatriota especialmente interesado en pasar desapercibido.
El incremento del número de delincuentes extranjeros que buscan refugio en España llevó al Cuerpo Nacional de Policía a crear hace tres años una unidad dedicada de forma específica a dar con su rastro. Adscrito a la comisaría general de la Policía Judicial, el Grupo de Localización de Fugitivos ha detenido desde entonces a casi 700 criminales. Entre los huidos, de más de sesenta nacionalidades, se encuentra lo más granado del hampa internacional: autores de delitos de lesa humanidad, asesinos, torturadores, traficantes, pedófilos o estafadores.
Colaboración policial
Este año, las capturas de estos profesionales de élite, cuya labor ha inspirado una serie de televisión actualmente en parrilla, se han incrementado un 20%. Su último éxito se produjo hace apenas unos días; la detención en Salou de uno de los criminales franceses más buscados por la Gendarmería. Emile F. estaba fugado de la Justicia gala desde el año 2004, cuando fue condenado a cadena perpetua por apalear a un hombre y descerrajarle dos tiros en un ajuste de cuentas. Su detención se había convertido una prioridad para las autoridades del país vecino.
La unidad tiene como misión «la averiguación del paradero, localización y detención de delincuentes peligrosos implicados en actividades de crimen organizado o en delitos de especial gravedad», resumen sus responsables. Delincuentes sobre los que, además, pesen órdenes de búsqueda y captura dictadas bien por jueces españoles o de otros países. La colaboración con Interpol y Europol es clave en su tarea. «En la mayoría de los casos, utilizan documentación falsa, por lo que es muy habitual colaborar estrechamente con otras unidades policiales». Una de las bases de datos más utilizada es el SAID, el Sistema Automático de Identificación Dactilar, que cruza las huellas de los archivos de las distintas policías del mundo.
En el caso de la detención de Francisco Javier Martínez Sanmillán, la labor del SAID no fue relevante. 'Franky', el capo más escurridizo del narcotráfico gallego, llegó a implantarse piel de sus pies en las yemas de las manos para alterar sus huellas digitales. Los agentes del Grupo de Localización de Fugitivos dieron con su pista en la localidad alicantina de Denia: vivía ostentosamente en una lujosa mansión y se hacía pasar por piloto aeronáutico. Llevaba fugado 14 años, desde el día siguiente a que la Audiencia Nacional ratificara su condena por el caso 'Necora'.
Otro hito en la labor del grupo fue la detención, hace apenas un año, del conocido como el 'rey de las fugas', Pascal Payet. Había sido declarado en Francia el 'enemigo público número uno'; el propio presidente galo, Nicolas Sarkozy, telefoneó a José Luis Rodríguez Zapatero para pedirle que diera prioridad a la detención de Payet. Su caso es de película: dos meses antes de su arresto en la localidad barcelonesa de Mataró, este ladrón había protagonizado una espectacular huida de la prisión de Grasse. Cuatro de sus compinches secuestraron un helicóptero, tomando como rehén al piloto, y tras posarse limpiamente en el tejado de la prisión salieron volando -nunca mejor dicho- con Payet a bordo. Lo curioso es que no era la primera vez: ya había utilizado en 2001 y 2003 el mismo 'modus operandi' para escapar de la cárcel. En el escaso tiempo que le duró la libertad no perdió el tiempo: había preparado un atraco a un furgón blindado y a una joyería y se había sometido a una operación de cirugía estética.
Recompensa millonaria
También Edgar Guillermo Vallejo Guarín o 'Beto el Gitano' se había hecho retoques en la nariz, uno los rasgos más característicos de su anatomía. Sobre este capo del narcotráfico colombiano pesaban tres condenas a cadena perpetua y en EE UU se ofrecían cinco millones de dólares por su 'cabeza'. Fue detenido por el grupo de fugitivos en pleno Paseo de la Castellana de Madrid, cuando salía de un lujoso hotel. Los cazarrecompensas perdieron aquí una oportunidad de oro.
Pero si hay un arresto que enorgullece de forma especial a los funcionarios de este grupo es la captura del general croata Ante Gotovina, uno de los mayores genocidas en la guerra de la antigua Yugoslavia. Gotovina, acusado de ordenar la matanza de 150 civiles serbios y de deportar a más de 200.000 personas, fue arrestado en diciembre de 2005 cuando cenaba en un lujoso restaurante de Tenerife. Recientemente se ha sentado ante el Tribunal de la Haya por crímenes contra la humanidad.
Entre los 'se busca' pendientes destaca un clásico en los anales de la Policía: Rafael Bueno Latorre, que encabeza la fotografía superior. Tan sólo 'El Solitario' logró eclipsar durante unos años su indiscutible liderazgo como enemigo público. Es el Payet español: tras protagonizar tres fugas de sendas prisiones, Bueno Latorre logró burlar, junto con dos compinches, a los funcionarios de la prisión de alta seguridad de Alcalá-Meco con pistolas talladas en jabón. Después, los tres se vistieron con sus uniformes y salieron tranquilamente del penal. De eso hace ya 24 años.

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