El ladrón es licenciado en Medicina por la Universidad de La Habana y se hizo pasar por un supervisor del centro
Con una bata blanca para colarse en las habitaciones y con más cara que espalda. Así actuaba un supuesto médico de nacionalidad cubana, José Luis A. R., para robar a los pacientes y acompañantes en el Hospital General de Valencia. El presunto ladrón fue detenido por un vigilante de seguridad tras levantar las sospechas de una supervisora de la planta de Urología.
Los hechos ocurrieron sobre las seis y media de la tarde del lunes. El impostor entró en la habitación de una paciente y se hizo pasar por un médico del Hospital General. «Señora, por favor, tiene que salir un momento al pasillo», dijo el ladrón a una mujer que acompañaba a un familiar.
Tras quedarse a solas con la paciente, José Luis A. R. aprovechó el instante para apoderarse presuntamente de un monedero que contenía un puñado de euros. Luego salió de la habitación con una tranquilidad pasmosa y abandonó la planta en busca de otra víctima.
Pero el médico cubano se cruzó con una supervisora, que se quedó con su cara y su vestimenta. El rostro de José Luis A. no le sonaba, por lo que hizo unas indagaciones rápidas y descubrió que podría tratarse de un farsante.
Tras alertar de sus sospechas a la central de seguridad del Hospital General, la supervisora comentó lo ocurrido con varios sanitarios. Al parecer, el presunto ladrón no era la primera vez que se colaba en una habitación. Además, José Luis A. aprovechaba sus conocimientos -como licenciado en Medicina por la Universidad de La Habana- para salir airoso cuando los pacientes dudaban de su condición de galeno. También improvisaba y preguntaba por un tal Bernardo o se hacía pasar por el supervisor de la unidad de Medicina Interna. Labia y descaro no le faltaban.
El lunes por la tarde se acabaron sus artificios para engañar. Los vigilantes del Hospital General montaron un operativo para identificar y detener al presunto ladrón tras detectar su presencia en la planta de Urología. Mientras uno de los guardias de seguridad controlaba los monitores del circuito cerrado de televisión, otros se colocaban en puntos estratégicos del centro hospitalario para evitar la huida del sospechoso. Su captura era cuestión de paciencia y atención. Minutos después, uno de los vigilantes interceptó e identificó al intruso en un pasillo.
Casi sin inmutarse, José Luis A. R. adujo que era médico y que se trataba de un malentendido. «Nos dijo que había trabajado en el centro de salud de la calle San Valero en Ruzafa, pero no aclaró por qué se colaba en las habitaciones», asevera un sanitario. Poco después llegó la dueña del monedero y le acusó del hurto.
Ante tales evidencias, el vigilante retuvo al galeno cubano hasta la llegada de una patrulla de la Policía Nacional. Sus vagas explicaciones tampoco convencieron a los agentes, que detuvieron al presunto ladrón y le leyeron sus derechos.
Fuentes del Hospital General de Valencia confirmaron ayer que José Luis A., al menos, dijo una verdad. «Trabajó en varios periodos como médico sustituto en el centro de salud de Ruzafa, y hace una semana finalizó su contrato», aseguró un portavoz autorizado de la Conselleria de Sanidad.
Fuente: lasprovincias.es
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