sábado, 15 de octubre de 2011

LA RIOJA Piden 25 años para un atracador al que le daban pistolas dos guardias civiles


La sala de vistas de la Audiencia Provincial de Logroño sentará el lunes en el banquillo a tres hombres naturales y vecinos de Logroño -un vigilante de seguridad y dos guardias civiles (uno en situación de retiro y otro de baja médica cuando sucedieron los hechos que se someterán a juicio-.
El primero de ellos, cuyo nombre responde a las iniciales J.A.A.L. está acusado de tres delitos de robo con intimidación, pues se le considera responsable de los atracos a mano armada realizados en sendas gasolineras de Agoncillo y Logroño, así como en la sucursal de Caja Rioja de Galilea. Se le imputan también otros delitos de detención ilegal, simulación de delitos, tenencia ilícita de armas y tráfico de armas y municiones.
El ministerio fiscal solicita para él un total de 25 años de cárcel. J. A. A. L. permanece en prisión provisional desde el seis de febrero de 2009.
El segundo acusado es J.A.G., guardia civil en situación de retiro desde el ocho de agosto de 2005, a quien el fiscal considera responsable de criminal en concepto de cooperador necesario o cómplice de los tres delitos de robo, y como autor de un delito de tenencia ilícita de armas y otro de tráfico de armas y municiones. Por ello demandan que ingrese en prisión por un periodo de 18 años.
Al parecer, según se desprende de las conclusiones provisionales del ministerio público, tanto este exagente de la Benemérita como el tercer acusado, D.A.P. (un guardia civil que estaba de baja médica en el momento de la comisión de los delitos), proporcionaban las armas y arreglaban otras que eran usadas por el atracador para cometer sus robos.
Para este último agente se solicitan seis años de cárcel, al considerar probado que es autor de sendos delitos de tenencia ilícita de armas y de tráfico de armas y municiones.
El mismo escrito de la acusación pública relata que el atracador, en los tres robos cometidos entre los días 10 de noviembre de 2008 y 11 de enero de 2009, obtuvo un botín de algo más de 33. 000 euros . Se da la circunstancia de que conocía bien la sucursal y los trabajadores de la oficina de Caja Rioja situada en Galilea puesto que había trabajado en la misma como vigilante de seguridad. No obstante, en todos sus atracos se encargó de cubrirse el rostro con pasamontañas para no ser reconocido.

Fuente: elcorreo.com

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