- Evita cinco robos diarios alertando a los viajeros en la L3.
- Cada día se denuncian unos 60 hurtos en el transporte urbano.
- Los ladrones ofrecen sobornos a los vigilantes para que les dejen actuar.
En una hora, Eliana consiguió evitar este miércoles dos robos de carteristas. Ella sola, con un silbato rojo y un gran rótulo en las manos, advierte a los turistas despistados del metro que están a punto de sufrir un robo. Es una comercial colombiana de 38 años y ya hace tres años que vigila los andenes de la L3 como hobby.
Los datos de los Mossos les dan la razón: en el transporte urbano de Barcelona, cada día se denuncian 62 hechos delictivos (la mayoría, hurtos). Eliana Guerrero vio cómo una banda de ladronas le robaba el bolso a una anciana diabética y cómo, ante la desesperación de la turista, el delincuente tiró la insulina que llevaba encima. "Me indignó tanto que decidí hacerles frente", explica Eliana.
Desde ese momento, gasta unos 80 euros al mes en fotocopiar un panfleto donde alerta en castellano, inglés y alemán de la presencia de carteristas en el metro. Reparte un millar al día. "Los conozco y ellos me conocen, sé dónde se toman el café, dónde se esconden y dónde se encuentran para esquivar las cámaras de videovigilància", detalla, y afirma que los vigilantes del metro y los Mossos también lo saben, pero no pueden hacer nada si no los pillan in fraganti. "Me han ofrecido incluso mil euros si me callo y dejo de alertar los turistas", explica.
Me han ofrecido incluso mil euros si me callo y dejo de alertar los turistas
De hecho, vigilantes de seguridad revelaron este miércoles a 20 minutos que los carteristes también los han querido comprar: 20 euros por cada ladrón que no delataran. Los puntos calientes de la línea son las paradas de Sants, Espanya y las que dan a la Rambla, según la experiencia de Eliana, que confirman los datos de los Mossos. "No doy l’alcance", lamentaba.
Los días festivos llega a evitar unos cinco robos al día y reparte 2.000 folletos de mano. Eliana ha recibido amenazas, escupitajos e, incluso, agresiones en más de una ocasión, pero no se acobarda. Critica el hecho de que la seguridad del metro le quite los panfletos. TMBexpone que la Ley Ferroviaria prohíbe repartirlos y aclara que ya existe una campaña diseñada y llevada a cabo en colaboració con la Policía para evitar los hurtos.
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