miércoles, 22 de junio de 2011

Centroamérica, la región más violenta del mundo


Centroamérica, que este miércoles abrió en Guatemala una conferencia internacional en busca de apoyo para combatir el crimen, se ha convertido en la región más violenta del mundo, superada solo por zonas de guerra, según la Organización de Naciones Unidas.
La peor situación de violencia e inseguridad la soportan los países del Triángulo Norte centroamericano (Guatemala, El Salvador y Honduras), por acción de bandas del crimen organizado y de las temidas maras o pandillas, pero las tasas de crímenes están en alza también en el resto del istmo.
Honduras ocupa el primer lugar en homicidios, con 58 al año por cada 100.000 habitantes, seguido por El Salvador con 52 y Guatemala con 48, según un informe de 2010 del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Más abajo están Belice con 32, Panamá con 19, Nicaragua con 13 y Costa Rica con 11, según el PNUD.
De acuerdo con el PNUD, más de 79.000 personas fueron asesinadas entre 2003 y 2008 en Centroamérica, región de 40 millones de habitantes donde circulan casi tres millones de armas de fuego, dos de cada tres en forma ilegal.
Esta situación provoca no sólo pérdidas humanas, sino también económicas: los países centroamericanos gastan 8% de su Producto Interno Bruto (PIB) en seguridad, lo que frena su desarrollo y mantiene en la pobreza a buena parte de sus poblaciones, según el Banco Mundial.
La región es pasadizo de la droga sudamericana en dirección a Norteamérica, que circula en muchos casos con la complicidad de funcionarios corruptos.
Además, en el istmo hay unos 70.000 pandilleros, que extorsionan a empresarios, transportistas, pequeños comerciantes e incluso familias pobres, que deben pagarles una "renta" para no ser asesinados.
Los cárteles de la droga que operan en la región tienen ingresos por 100.000 millones de dólares al año, cinco veces más que el PIB de El Salvador, dijo en mayo el presidente salvadoreño Mauricio Funes.
El Banco Mundial calculó que las empresas centroamericanas dedican anualmente 3,7% del total de sus ventas a gastos de seguridad o a reponer los objetos robados.
En América Central hay cerca de 254.000 guardias de seguridad privada, mientras que el número de policías asciende a 89.000.
Además, las cárceles centroamericanas están hacinadas, lo que crea un clima propicio para motines e impide la rehabilitación de los reclusos.

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