Muchos opinan de él que ha sido el jugador de balonmano malagueño con más calidad de la historia. Y eso son palabras mayores porque eso significa compararlo con mitos como Antonio Carlos Ortega, Quino Soler o Pérez Canca. Pero la muñeca de Nacho Vico siempre ha sido una de las más enviadas de la Liga Asobal. Sus infinitos recursos técnicos nunca pasaron inadvertidos y, de haber tenido la madurez de hoy en día, posiblemente la selección hubiera sido su lugar.
No fue así, pero Nacho Vico sigue teniendo su hueco entre los mejores. Hace tres temporadas no le renovaron en el Antequera tras conseguir el mayor logro en la historia del club, la clasificación para la Copa del Rey de Zaragoza. Tras haber ascendido al equipo, Vico cerraba una etapa de tres años y medio en la ciudad del Torcal, en la que volvió a disfrutar del deporte del balonmano.
En la temporada 2008-2009, a sus 33 años, el extremo malagueño emprendió una nueva aventura en el Pozoblanco, en la División de Honor Plata, un equipo que ya conocía tras haber jugado allí en la temporada 1996-97. Desde ese momento, Vico compatibiliza su gran pasión con su trabajo como vigilante de seguridad, pero el balonmano nunca pasó a un segundo plano en su vida.
Llamada
Después de tres años marcando goles en la 'B', hace unos días recibió una llamada inesperada. «Era Quique Domínguez, el entrenador del Pilotes Posada, para decirme que me había visto muy bien durante la temporada y quería contar conmigo en la Asobal», explicó ayer Vico a este periódico. Y no hubo duda. Nacho coge el enésimo tren de su carrera con destino a la élite y acaba de firmar un contrato que lo vincula al equipo vigués las dos próximas temporadas. «Es algo increíble, una gratificación a nivel personal. Sé que no tengo 25 años, pero creo que todavía puedo dar guerra en la Asobal y siempre me sentí jugador de balonmano», afirmó el jugador. Quizás lo más llamativo de la propuesta sea la duración del contrato, ya que Vico acaba de cumplir 36 años y estará en Vigo hasta la temporada 2012-2013.
Dentro de unos días comenzará la octava experiencia del malagueño en la máxima categoría del balonmano español tras haber jugado en el Puleva Maristas, Pozoblanco, Bidasoa Irún, Barakaldo, Arrate, Antequera y Pilotes Posada, equipo en el que ya militó en la temporada 1995-96. «Guardo un buen recuerdo de mi etapa en Antequera, pero la salida no fue la idónea. Me porté muy bien con el club y ellos no tan bien conmigo, pero me quedo con lo bueno y con que la vida pone a cada uno en su sitio», declara Vico, que asegura: «Curiosamente, esta semana también me ha llamado el Antequera interesándose por mí».
Este extremo zurdo está cerca de alcanzar la cifra de 1.000 goles en la Liga Asobal, ha jugado 12 temporadas y media en la categoría y otras cinco y media en la División de Honor Plata. Experiencia y calidad al servicio del balonmano.
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