viernes, 4 de marzo de 2011

Un policía local de paisano recibe una paliza al ser reconocido en un local

l agente tiene una fisura en la nariz y los médicos temen por el estado de uno de sus ojos, pateado y golpeado con una piedra 

«Ahí está el policía de Alcantarilla, venga, vamos a por él». La frase fue lo último que oyó Mario, un policía local de paisano, justo cuando salía por la puerta principal de la cafetería Basic situada en el Polígono Industrial Oeste. El reloj sobrepasaba la medianoche y cinco individuos de etnia gitana abandonaba en ese mismo instante el local, sin terminar sus consumiciones y sin coger sus abrigos porque no podían dejar escapar a su presa: al agente al que seguían.
Según fuentes de la cafetería Basic, «los agresores no son clientes habituales, al contrario que el agredido». Testigos de la brutal paliza ocurrida en la madrugada del miércoles al jueves aseguran que «no hubo contacto visual ni verbal mientras coincidieron en el local los gitanos y el policía, pero al salir dos de ellos se abalanzaron sobre él, por la espalda, y empezaron a pegarle». Fueron minutos de tensión todos los clientes salieron fuera del local, tanto el propietario como el responsable de la cafetería intentaron separar a los agresores de la víctima, «pero se llevaron varias bofetadas mientras Mario intentaba huir».
La agonía del agente se prolongó durante diez metros de la calle Alcalde Clemente García, en los que fue soportando las patadas de sus agresores que «llegaron a estrellarle un vaso de cristal y una piedra en la cabeza». Clientes y la seguridad privada del polígono lograron ahuyentar a los agresores, mientras el responsable del local escondía «entre dos coches» a la víctima.
En ese momento era la mejor solución contra la agresividad de Manuel T.T., de 32 años y un familiar, Manuel T.M., de 30 años. Según los testigos, los otros tres acompañantes «no le hicieron nada a Mario».
Ajuste de cuentas
La Policía Nacional logró detener a los dos supuestos agresores, que como el resto del grupo residen en el barrio de San José Obrero y poseen antecedentes penales, según fuentes de la investigación. Como hipótesis se baraja un ajuste de cuentas, ya que «el agente de paisano observó a los cinco individuos a los que reconoció por actuaciones anteriores». Pese a que el policía, con tres años de experiencia en el cuerpo, recibió ayer el alta tras ser atendido en el hospital Virgen de La Arrixaca, los médicos seguían preocupados por su ojo, donde sufrió una patada. Mario también presenta heridas en el ojo, la mandíbula y una fisura en la nariz.

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