martes, 22 de marzo de 2011

Los orígenes del Servicio de Información de la Guardia Civil (1960-1975)

Entre 1960 y 1975, se estableció en la Guardia Civil uno de los más modernos y eficientes servicios de información españoles. Todo servicio de información debe aspirar a organizar, dirigir y gestionar la captación, recepción, tratamiento y desarrollo de la información de interés para el orden y la seguridad pública en el ámbito de su especificad. La utilización operativa de esta información, especialmente en materia antiterrorista, exige el establecimiento y mantenimiento de unos enlaces, así como de la coordinación y colaboración operativa con otros servicios de información, tanto nacionales como internacionales.
Informar es presentar ante una autoridad, en una síntesis desprovista de detalles inútiles, noticias capaces de determinar una decisión o de modificar otra tomada anteriormente. Esa autoridad, para tomar sus decisiones, necesita del más exacto conocimiento de los hechos, de la causalidad de los mismos, de los individuos implicados, de las circunstancias que los rodean y, si fuera posible, de las situaciones que puedan llegar a originarlos. Todo ello con el fin de adoptar las adecuadas medidas de previsión. La información proporciona los elementos necesarios para que la citada autoridad decida tanto en relación con los hechos que puedan producirse como sobre los ya producidos.

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Asimismo, permite prevenir los acontecimientos o cortarlos antes de que se extiendan, haciendo posible actuar sobre seguro y facilitar la pronta realización de la actuación policial. Por tanto, toda información debe ser eminentemente activa y preventiva, teniendo en cuenta que no existe seguridad sin previsión, ni ésta sin una previa información. Los elementos proveedores de información no pueden limitarse a recibir las denuncias o actuar sobre elementos pretéritos. Resulta imprescindible, pues, saber captar lo más interesante circunstancialmente y anticiparse en lo posible a los futuros acontecimientos.
Hacia 1968, la oposición al franquismo encontró en el ámbito estudiantil un mayor apoyo. Ante esta realidad existente en las universidades, el subsecretario de Educación, Alberto Monreal Luque, solicitó al Alto Estado Mayor apoyo para hacer frente a la creciente subversión universitaria. Pero el Alto Estado Mayor no quiso implicarse en el control del orden público. Se dispuso entonces la creación de la Organización Contrasubversiva Nacional (OCN), entidad dependiente del Ministerio de Educación que se puso al mando del, entonces, comandante José Ignacio San Martín. En 1969, este nuevo organismo pasó a denominarse Servicio Central de Documentación (SECED),siendo reformada su estructura en 1972. Esta reorganización del SECED se mantuvo inalterada grosso modo hasta el año 2001 en el CESID. El SECED dependía del ministro Subsecretario de la Presidencia, remodelando así la Presidencia del Gobiemo, al tiempo que el jefe del servicio quedaba nombrado con el cargode Director General.
El SECED nacía como un órgano formado y creado por militares, pero con apariencia civil (dependía del Ministerio de la Gobernación y, luego, de Presidencia) para vigilar a ciudadanos en el interior. Este origen suponía un inevitablemente solapamiento con otros órganos de información: bien los servicios civiles de la Guardia Civil(objeto de nuestro estudio), bien los militares sensu stricto del Ejército. Por eso, ya desde este primer momento se planteó el problema de la coordinación entre ambos servicios.
Desde 1973 este problema se planteó con gran crudeza, sobre todo entre el SECED y su matriz, los órganos de información del Ejército. Una respuesta fracasada fue la creación el 26 de septiembre de 1973 de una Comisión Nacional de Coordinación de la Información (para la Seguridad del Estado), presidida por el presidente del Gobiemo e integrada por el vicepresidente del Gobiemo, los ministros de la Gobernación, Información y subsecretario de la Presidencia y el teniente general jefe del Alto Estado Mayor, con la presencia de los ministros militares cuando así se requiriera. El fallecimiento del general Franco y el consiguiente cambio de régimen político modificaron la organización de los servicios de inteligencia. Una nueva organización coadyuvó a cumplir otros fines, como el de asignar un nuevo papel a las Fuerzas Armadas en el que quedaran privadas de sus servicios de inteligencia interior y el de simplificar la multiplicidad de servicios en aras de una mayor eficacia.
La organización y funciones del sigc
En 1970, el Servicio de Infomiación de la Guardia Civil (en adelante SIGC) tenía atribuidas las siguientes competencias:
  • Informar a los Mandos respectivos de todo lo ocurrido, especialmente en relación con noticias y situaciones de carácter general, militar, político-social, circulación y transporte y particulares del Cuerpo.
  • Llegar a un amplio conocimiento de los hechos para conseguir que los informes emitidos fuesen lo más completos posible y con los detalles complementarios o confidenciales que, por diversos motivos, no tengan cabida en los partes convencionales.
  • Elaborar aquellos informes solicitados oficialmente por los diversos organismos dependientes de los distintos departamentos ministeriales, siempre, que hayan sido autorizados por la Superioridad.
  • Realizar cuantas informaciones reservadas se le encomendasen de toda índole.
  • Confeccionar y custodiar los ficheros de todo aquel personal que permitiese un mejor conocimiento de cada demarcación.
  • Cualquiera nota, atestado o informe elaborado por el SIGC no se podía facilitar a ningún organismo o autoridad ajeno al Cuerpo sin autorización previa y expresa del mando propio.
  • Los Jefes de Zona, Tercio y Comandancia lo eran del SIGC en su demarcación. Cada Jefe de Compañía o Línea tenía a su cargo la correspondiente Oficina de Infonnación. En los escalones inferiores, el Jefe del SIGC era el Comandante de cada Puesto de la Institución, Para llegar a todos los rincones del país, resultaba imprescindible que las noticias llegasen con celeridad a los órganos decisorios, logrando así una mejor explotación de las mismas. Un buen desarrollo de esta actividad informativa exigía la colaboración sincera de todos los escalones del Instituto Armado, siguiendo los tres sentidos jerárquicos: ascendente, descendente y lateral.
Aquel SIGC dependía de la desaparecida 2ª Sección del Estado Mayor de la Dirección General de la Guardia Civil.Este servicio comprendía, por tanto, los siguientes niveles: los existentes en el Órgano Central, las Zonas, los Tercios, las Comandancias, las Compañías, las Líneas y los Puestos. De estos escalones, eran considerados como niveles ejecutivos la Central, las Comandancias y los Puestos, teniendo los restantes un carácter eminentemente coordinador e inspector.
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La organización central del SIGC (dentro del marco de la 2ª Sección de EM) contaba con los negociados propios de: Boletines de lnfomiación, Oficina de Prensa, Gabinete de Escucha y Radio, así como enlace con otros órganos informativos. Para su normal desenvolvimiento utilizaba los servicios de los otros negociados de esta 2ª Sección(principalmente su archivo y ficheros). Al tiempo que como órganos ejecutivos existían las Oficinas de Información de las Unidades y el Grupo de Servicios Especiales.

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Las Oficinas de Información del SIGC disponían de personal especializado, dedicado en exclusiva a su trabajo. En las Comandancias, y para atender exclusivamente a la información de alguna zona o población de importancia, se constituían, con carácter permanente, Grupos de Información, con la dependencia y misiones específicas que a cada uno le fueran señaladas. Ocasionalmente, y por un tiempo siempre limitado, se constituían Destacamentos de Información cuya dependencia, y atribuciones eran establecidas en cada caso. La creación o supresión de Grupos y Destacamentos de Información debía contar con el análisis de la citada 2ª Sección de EM.
Cada uno de los escalones del SIGC contaba con las siguientes atribuciones:
El Órgano Central debía redactar las Órdenes e Instrucciones Generales para el funcionamiento del SIGC y vigilar su cumplimiento. También debía preparar los Planes de Información, los Programas de Investigación de carácter general, redactar el Boletín Diario, Resumen Semanal y el Boletín Mensual de Información. Enlazar con los Servicios Informativos de otros Organismos nacionales. Preparar las claves y proceder a su distribución. Atender a la reposición de los estuches dactiloscópicos y dictar instrucciones para unificar su correcto uso. Tramitar las altas y bajas del personal del SIGC. Realizar Cuantas investigaciones ordene el director general en todo el territorio nacional. Distribuir las fichas y expedientes adquiridos con cargo al Presupuesto. Aclarar cuantas dudas surjan en relación con el Servicio. Dirigir la formación para la capacitación y perfeccionamiento del personal del SIGC. En cuanto a su demarcación, abarca la totalidad del territorio nacional.
Las Zonas y Tercios debían  comprobar, cuando fuese necesario, las noticias enviadas por los escalones inferiores. Remitir a la Central las notícias recogidas por sus Servicios, ordenando a éstos y a los escalones inferiores las informaciones o ampliaciones que estimasen oportunas. Facilitar a los escalones subalternos cuantasinformaciones pudieran enriquecer sus ficheros o facilitasen las investigaciones en curso. Estas unidades no tenían una demarcación propia, ya que tal labor correspondía a las Comandancias existentes en cada provincia. No obstante, por sus características especiales, el 11° Tercio (Madrid) y el 41° Tercio (Barcelona) contaban como demarcación el núcleo urbano de los terminos municipales de Madrid y Barcelona respectivamente.
Las Comandancias desarrollaban las órdenes emanadas de los escalones superiores del Servicio. Enviaban a la Central y a las delegaciones del SIGC todas las noticias de interés en el orden militar, de la seguridad nacional, político-social, tráfico, turismo y del Cuerpo. Comunicaban a los escalones inferiores aquellos datos útiles para completar sus investigaciones. Ordenaban a su SIGC la realización de cuantos trabajos de información creyesen convenientes dentro de la Comandancia. Comprobaban, cuando lo considerasen pertinente, los informes recibidos de los escalones subordinados. Actualizaban los ficheros del SIGC de la Comandancia, orientando la labor de los Puestos en materia informativa. Redactaban, además, los Boletines Mensuales de Información de la Unidad. Realizaban los trabajos fotográficos y de identificación necesarios. Proponían a la Central sus necesidades de todo género, así como las altas y bajas del personal. También eran el nexo con otros Servicios en el nivel provincial o regional.
Las desaparecidas Comandancias Móviles contaban, aunque en un ámbito menor, las mismas misiones, comunicando a la Central las noticias obtenidas por conducto del Tercio de la Plaza en donde se hallen. La demarcación de todas las comandancias era la orgánica que tuviese señalada.
Por otra parte, las Compañías y Líneas debían remitir a su Comandancia las noticias recogidas. Comprobar las informaciones recibidas de los escalones subordinados, ordenando su ampliación o aclaración en caso necesario. Confeccionar per se las informaciones que por su importancia o delicadeza así lo requirieran. Orientar la labor informativa de sus Puestos, de acuerdo con la situación y características de los mismos. Facilitar a los escalones inferiores cuantas noticias, informes y datos resultase de utilidad. Inspeccionar los ficheros de los Puestos, con ocasión de sus revistas. Su demarcación era la orgánica que tuviese señalada.
Finalmente, los puestos debían cumplir las Instrucciones recibidas de la Central así como por sus escalones superiores. Enviar todas las noticias recogidas en su demarcación, para que figurasen en el Plan General de Información. Actualizar el fichero del Puesto. Solicitar a la Comandancia el material de información necesario (fichas, carpetas, material dactiloscópico o fotográfico, etc.). La demarcación de los Puestos era la orgánica que tuviese señalada.
Una dependencia orgánica y funcional
En lo relativo al cumplimiento del servicio, cada SIGC lo hacía directamente del Jefe de cada Unidad, obedeciendo siempre las instrucciones dictadas por la superioridad. La dependencia orgánica de las diferentes Unidades no implicaba la de sus Oficinas de Información, las cuales para la práctica del servicio dependían solamente de la Central y del Jefe de su Unidad orgánica. Al margen de la dependencia del primer Jefe de su Unidad, los Jefes de las Oficinas de Información podían comunicarse directamente con la Central. Todos los escalones del servicio se hallaban obligados a dar cuenta de las diligencias tramitadas, a las unidades de las que orgánicamente dependían. Igualmente harían lo mismo con el resto del SIGC buscando, por tanto, el beneficio del servicio.
En cuanto a la relación con otras instituciones ajenas a la Guardia Civil, es necesario recordar que estos enlaces se realizaban generalmente mediante la Central en el ámbito nacional, o por las Comandancias, en cuanto al ámbito provincial.
Cuando las Zonas o Tercios lo considerasen oportuno, podían llevarlo a cabo conjuntamente o en sustitución de las citadas Comandancias.
Por su parte, las Comandancias, lo hacían con las siguientes entidades: Gobierno Civil de la provincia, en lo relativo a terrorismo, orden público, actuación de autoridades locales, conflictos sociales, o pasos clandestinos. 2ª Sección Bis de Capitanía y Gobierno Militar, en las noticias que tengan alguna relación con el Ejército, o quepuedan ser malinterpretadas en el exterior. Y por último con las Autoridades y Unidades fronterizas de los países vecinos, de acuerdo con las instrucciones dictadas por la Dirección General para cada caso.


Fuente: Revista Guardia Civil
Fecha: Octubre 2010
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