miércoles, 23 de marzo de 2011

El Sorolla recuperado aún no está expuesto y la autora de su robo fue detenida el viernes

El pequeño cuadro de Sorolla estaba colgado sobre la silla de la izquierda.


El juzgado todavía no ha citado a declarar a la acusada de la sustracción en el Museo Benlliure El ayuntamiento instalará sensores en algunos cuadros y asegura que se han modificado todos los controles de seguridad en sus centros


R. F. VALENCIA La cámara de vigilancia del Museo Benlliure de Valencia de poco parecía servir ayer. Su ojo observaba directamente a una pared semivacía. El pequeño cuadro de Sorolla, El santero de la cofradía, robado hace más de un año de esta sala y recuperado ahora por la policía, todavía no colgaba de sus alcayatas. Aunque la obra está depositada en el museo municipal ayer todavía no existía fecha formal de la vuelta a su emplazamiento. Se está a la espera de que el juzgado de Valencia que ha de llevar la causa dé el visto bueno ya que las investigaciones no están cerradas. Sin embargo, el hermetismo en torno a las mismas es absoluto.
Quizá porque, como algunas fuentes sostienen, las investigaciones se centren ahora en los posibles colaboradores que la mujer detenida pudiera haber tenido para ejecutar la sustracción. Era la Policía Local la que detenía a la autora del robo el pasado viernes y quien la entregaba a la Policía Nacional. La detenida, en libertad, aún no ha sido citada a declarar al juzgado del caso.
Aunque la cámara de seguridad cubre en la actualidad el espacio reservado al Sorolla, lo bien cierto es que el día de autos no lo hacía ya que enfocaba otro ángulo, el mismo que ayer estaba desatendido.
Sin embargo, pudo captar la salida de la mujer con la pieza. Los primeros indicios apuntaban a que podía tener sus facultades mermadas. Aún así, sabía a por lo que iba, como reconocen otras fuentes.
Ayer, fuentes del Ayuntamiento de Valencia insistían en que las medidas de seguridad en los museos municipales se habían aumentado de forma considerable desde el robo del Sorolla con una inversión de cien mil euros. Hace años el consistorio incrementó las medidas de seguridad en Las Atarazanas tras el robo de un cuadro prestado de Cillero del que nunca se ha vuelto a saber nada. En el Museo Benlliure sólo hay un vigilante que controla las cámaras y dos funcionarios. Las cámaras de seguridad vigilan posibles robos o incluso posibles atentados a las obras de arte y enseres expuestos, pero dejan un margen de acción.
Desde el ayuntamiento se insistía ayer que se han articulado protocolos de control diarios y semanales sobre todos los fondos de los museos y se está pendiente de instalar en algunos cuadros sensores, así como en otras zonas barreras que disparen la alarma de producirse una aproximación.

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