Moderado porque la nueva ley electoral le impide hacer balance de su gestión y porque el proyecto «aún debe madurar», el alcalde de Sant Adrià de Besòs, Jesús María Canga, reclamó ayer ayuda institucional para poner en marcha un futuro museo de la energía en las instalaciones de la vieja central térmica del municipio -conocida por sus tres chimeneas-, propiedad de Endesa. A la espera de que se tome una decisión definitiva sobre el proyecto, Canga se mostró convencido de que la compañía no demolerá las tres torres, de más de 200 metros de altura.
El alcalde confirmó la previsión de que el Ministerio de Industria «autorice la baja definitiva de la central el mes próximo», lo que permitirá desconectarla de la red de suministro eléctrico, indicaron fuentes de Endesa.
«De momento, no existe ningún proyecto concreto, pero sí hay cierto compromiso de futuro para la instalación de un espacio cultural, posiblemente un museo, aunque sea solo en una de las tres chimeneas», explicó el primer edil de Sant Adrià.
La empresa propietaria, que insiste en que no se han producido avances, solo se ha comprometido hasta ahora a pagar un servicio de seguridad privada para evitar la entrada de intrusos en unos terrenos de más de 60.000 metros cuadrados. Además, la instalación seguirá manteniendo las antenas de telefonía móvil y las luces rojas que sirven de referencia a los aviones en vuelo bajo.
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