El incivismo y la violencia han llevado a la Entitat Metropolitana del Transport a instalar cámaras de videovigilancia en el Nitbus, cuyos vehículos recorrieron el año pasado 5,5 millones de kilómetros y transportaron a 5,8 millones de viajeros.
En una primera fase las cámaras estarán en 28 autobuses, de los cuales ocho ya están en funcionamiento. Cuando se implante completamente el sistema (abril en el Baix Llobregat y junio en el Barcelonés) 151 vehículos contarán con él.
El autobus estará dotado de cuatro cámaras que grabarán continuamente y, en caso de situación anómala, el conductor activará una emisión en directo para el centro de control.
El presidente del comité de empresa, Federico Llobet, señaló ayer que estos sistemas mejoran la seguridad pero no van a arreglar el problema. "Se debería contratar seguridad privada", afirmó.
Por su parte, el Consell de la Joventut, que agrupa a más de 400 entidades, reclamó ayer que se amplíe la red de autobuses nocturnos y que el metro abra de forma ininterrumpida todo el fin de semana. "Es la forma más segura y barata que tenemos los jóvenes para desplazarnos por la noche", aseguró ayer su presidente, Pau González.
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