Fuentes judiciales afirman que los guardianes se dejaron la puerta abierta, lo que el reo aprovechó para huir
JOSÉ ANTONIO SAU. MÁLAGA Un detenido de origen ruso, que fue trasladado ayer a los calabozos de la Ciudad de la Justicia para participar en alguna diligencia judicial relacionada con su situación, logró escapar de su confinamiento porque, según explicaron fuentes consultadas por este periódico, sus guardianes, una pareja de la Policía Nacional, se dejaron abierta la puerta de la habitación en la que se encontraba recluido.
Una vez que llegan los detenidos y presos a los sótanos del edificio judicial, donde se encuentran los calabozos, si no son peligrosos y tienen buen comportamiento lo habitual es que, dentro del habitáculo, estén sin esposas.
Ello, junto al descuido de los agentes, siempre según las fuentes consultadas, facilitó la huida al arrestado poco después de las 15.00 horas.
De forma inmediata, la Ciudad de la Justicia se llenó de agentes de la Policía Nacional para tratar de localizar al arrestado, que no es peligroso. De hecho, había sido trasladado a la Ciudad de la Justicia para que se realizara un trámite relativo a extranjería.
Pese a que se peinó el edificio palmo a palmo, a las 20.00 horas de la tarde los funcionarios no habían logrado dar con el arrestado, por lo que lo más probable es que se decrete su busca y captura y puesta a disposición judicial.
Sin embargo, la huida del reo es sólo una anécdota, ya que es la primera vez que se produce en un edificio cuyos controles de seguridad son exhaustivos.
No en vano, la vigilancia de los calabozos corre a cargo de la Policía Nacional; mientras que el orden en los pasillos es mantenido tanto por agentes de la Guardia Civil como por miembros de la seguridad privada.
Una vez que llegan los detenidos y presos a los sótanos del edificio judicial, donde se encuentran los calabozos, si no son peligrosos y tienen buen comportamiento lo habitual es que, dentro del habitáculo, estén sin esposas.
Ello, junto al descuido de los agentes, siempre según las fuentes consultadas, facilitó la huida al arrestado poco después de las 15.00 horas.
De forma inmediata, la Ciudad de la Justicia se llenó de agentes de la Policía Nacional para tratar de localizar al arrestado, que no es peligroso. De hecho, había sido trasladado a la Ciudad de la Justicia para que se realizara un trámite relativo a extranjería.
Pese a que se peinó el edificio palmo a palmo, a las 20.00 horas de la tarde los funcionarios no habían logrado dar con el arrestado, por lo que lo más probable es que se decrete su busca y captura y puesta a disposición judicial.
Sin embargo, la huida del reo es sólo una anécdota, ya que es la primera vez que se produce en un edificio cuyos controles de seguridad son exhaustivos.
No en vano, la vigilancia de los calabozos corre a cargo de la Policía Nacional; mientras que el orden en los pasillos es mantenido tanto por agentes de la Guardia Civil como por miembros de la seguridad privada.
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