jueves, 29 de enero de 2009

El diálogo a las puertas de la discoteca


CÁDIZ
El Grupo Formación, Defensa y Protección celebró ayer un curso para los porteros de locales nocturnos
29.01.09 -
MAYTE HUGUET
La fama que les precede no es buena. Los diferentes enfrentamientos con clientes y, por último, la muerte de un joven en Madrid les ha convertido en personas non gratas para la sociedad. Sin embargo, debajo de esos grandes cuerpos, músculos y fuerza se esconden unos hombres corrientes, que sólo han encontrado en la noche un trabajo para ganar dinero: son los porteros de discotecas.El Grupo FDP (Formación, Defensa y Protección) -en colaboración con el grupo Avizor-, ha querido ofrecer a estas personas los medios para realizar correctamente su trabajo, conocer sus derechos, y también sus limitaciones a través del curso de Controlador en establecimientos públicos. Esta actividad formativa, la primera que se imparte en la comunidad autónoma andaluza, pretende conocer las necesidades de este gremio, «ya que el sector de los porteros de discoteca no está regulado en Andalucía», especificó el coordinador del curso, Manuel Santos Ramírez.Manuel Santos y José Carlos Vera Jiménez, instructor en protección integral, explicaron que «estas personas necesitan conocer en quién recae su regulación, porque actualmente ninguna administración tiene legalizada sus funciones». El letrado Carlos Villar añadió que también deben conocer «qué es el derecho de admisión y cómo se aplica, conocer la Ley de Espectáculos Públicos y cuándo pueden actuar para autodefenderse o en legítima defensa y, por supuesto, los derechos que tienen los clientes».El coordinador del curso añadió que «ellos deben utilizar una serie de herramientas pero que no tengan consecuencias penales, sobre todo que no exista una responsabilidad civil para el propietario del local donde trabajan».Control y mesuraDurante el primer curso de Controlador de establecimientos públicos, la psicóloga forense María del Carmen Reguera enseñó a los 15 primeros alumnos técnicas de expresión corporal y cómo deben controlar su estrés ante situaciones de tensión en las puertas de los locales.Manuel Santos añadió que «es muy importante saber dirigirse al cliente que se acerca al bar y quiere entrar, cuando no puede o no debe». El coordinador de la actividad comentó que «quizás no es necesario estereotipar al portero de discoteca como una persona fuerte y muy alta; quizás el mejor método para hacer entrar en razón al cliente es hablando con él e invitándolo a marcharse con tranquilidad y educación, sin utilizar la fuerza».El profesor de Medicina Legal en el Instituto Andaluz Interuniversitario de Criminología, Pedro Ferrer, también enseñó a los porteros de discoteca los peligros de los golpes que pueden dar a los clientes en el caso de que se produzca un altercado en el interior de los bares.El profesor habilitado en seguridad privada, Antonio Florín, trató de explicar las consecuencias de sus actos y extrapolar sus acciones a las que realizan los guardias de seguridad privada, un sector que sí está regularizado.La primera sesión del curso de Controlador en establecimientos públicos finalizó con una clase de autoprotección. Todos estos métodos de defensa enseñados ayer a los porteros de los pubs y discotecas no provocan daño entre los clientes, aunque sí que los pueden inmovilizar en caso de que se produzca un enfrentamiento de cualquier



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