Ni la lluvia ni el frío han impedido a decenas de jóvenes celebrar en la Universidad Autónoma la tradicional fiesta de San Canuto, en la que los estudiantes se dan "un homenaje" previo a los exámenes de febrero además de reivindicar el uso del cannabis.
Un estudiante en la fiesta de San Canuto de 2007.
Decenas de jóvenes celebraron hoy en el campus de Cantoblanco de la Universidad Autónoma de Madrid la popular fiesta de 'san canuto' pese a que la lluvia y el frío no han acompañado en esta ocasión, y los asistentes han podido llevar a cabo su propósito: darse un gran homenaje antes de comenzar con los exámenes del primer cuatrimestre.
La fiesta transcurrió con normalidad aunque, según reconocen los asistentes, siempre se da algún caso de lipotimia o mareo porque los jóvenes pasan muchas horas bebiendo y fumando. No obstante, nunca se ha tenido que atender un caso de extrema gravedad porque los jóvenes son conscientes del fin del festejo: simplemente divertirse.
Durante esta fiesta, con una larga tradición en el campus siempre antes de que den comienzo los exámenes de febrero, las clases quedan suspendidas a partir de las 12.00 horas después de que hace tres años un profesor tuviese un altercado con uno de los estudiantes que estaba celebrando su particular San Canuto.
Según recuerda uno de los alumnos que participó hoy en la fiesta, el estudiante se acercó hasta donde estaba dando clase el docente y le tiró un 'mini' de cerveza encima. Desde entonces, la Universidad Autónoma ha tomado medidas de seguridad más restrictivas y no se deja entrar a nadie a partir de una hora en las dependencias universitarias.
"Las medidas son muy fuertes porque nos piden todo tipo de acreditación para poder acceder a la universidad", aseguró el joven que explicó que, por ejemplo, para poder acceder a las bibliotecas piden el carné y el número de matrícula.
La Universidad Autónoma, donde están ingresados más de 30.000 alumnos, además de no autorizar el acto, ha reforzado las medidas de seguridad, tanto en el número de vigilantes de seguridad, que se han duplicado como en el despliegue fuerte dispositivo policial coordinado con la Delegación del Gobierno y el Ayuntamiento de Madrid.
Además, para evitar altercados, la venta de combinados de alcohol en las cafeterías de las facultades ha estado prohibida salvo en los menús de mediodía, donde se pudo servir vino o cerveza.
El denominado 'san canuto' se ha convertido en una gran fiesta en la que se unen muchos estudiantes, que aunque no fumen, pasan el día bailando, bebiendo, haciendo malabares o tocando distintos instrumentos conscientes de que "el consumo de drogas es ilegal y su abuso puede traer consecuencias en la salud", recuerdan los convocantes.
La Federación de Asociaciones Cannábicas (FAC) ha elaborado el cartel de este año donde aparece un porro gigante rodeado de una aureola y la 'plegaria': "san canuto nuestro, concédenos a quienes usamos el cannabis y sufrimos persecución a causa de tu nombre el don de la paciencia y combatividad".
En su 'oración' también piden ser protegidos de enfermedades pulmonares, "de las mafias del narcotráfico, de la hipocresía social y de las multas" y piden que no les dejen caer en la tentación de "ocultarse". Así, piden que les defiendan de todas "las plagas" y que se favorezca el uso terapéutico del cannabis.
Así, un año más, San Canuto ha vuelto a la universidad madrileña.
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