Un médico del servicio de Urgencias del Hospital de Traumatología fue agredido este martes por un paciente durante su ejercicio laboral. Según han contado a este periódico fuentes sanitarias consultadas, el agresor dio un cabezazo en el pómulo del médico porque no estaba conforme con la fecha de la cita que le habían dado para el especialista de Maxilofacial. Ni corto ni perezoso, irrumpió en la consulta del galeno y lo agredió.
IDEAL trató este martes de localizar al facultativo agredido para saber si había presentado la correspondiente denuncia por lo ocurrido, y aunque no pudo hablar con la víctima sí supo que existe intención de demandar al agresor.
Las administraciones sanitaria y educativa no suelen personarse como parte denunciante en las agresiones a sus profesionales, sí prestan el correspondiente apoyo jurídico para defender a la víctima y activan el protocolo para prestar apoyo psicológico al agredido, en caso de ser demandado.
Tampoco es la primera vez, por desgracia, que se registra un incidente de estas características en uno de los hospitales más frecuentados de la provincia de Granada. Los propios trabajadores han demandado en más de una ocasión una mayor presencia de vigilantes de seguridad. Aunque la reivindicación histórica de los representantes de los trabajadores es la de que la Administración se persone como acusación, evitando así el mal trago de que el agredido se vea obligado a compartir banquillo, junto a su agresor, durante el juicio. Esta demanda no es nueva. Aquí en Granada, hay recortes de periódico de hace más de diez años, cuando se empezaba a pedir con fuerza por parte de los profesionales sanitarios y de la enseñanza, así como por los sindicatos de estos dos sectores.
La Fiscalía del Tribuna Superior de Justicia de Andalucía sí ha logrado que la inmensa mayoría de los juicios celebrados en esta provincia por agresión contra un funcionario público de la enseñanza o de la sanidad sea calificado como atentado contra la autoridad, lo cual conlleva pena de cárcel en caso de condena. Una granadina se ha convertido en la primera del país que ingresa en una cárcel después de agredir a una profesora. La confinada cumple condena desde el pasado mes de agosto en el penal de Albolote.
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