Las empresas que contratan a falsos profesionales pueden ahorrarse sobre 30.000 euros, aunque corren riesgos de sanción
La labor de los vigilantes no es del todo conocida por la población
Los especialistas en seguridad coinciden en señalar como problema grave para su profesión el creciente intrusismo laboral por parte de determinadas empresas que, sin homologación ni habilitación, intentan suplantar la figura del vigilante de seguridad.
Señalan como «intrusos» a controladores y auxiliares de servicio que no tienen convenio ni legislación que los ampare, lo cual redunda en una reducción de los costes de cara al cliente. Incluso estudios existentes sobre el sector de la seguridad privada señalan que estos «falsos trabajadores» aparecen uniformados de forma similar a los vigilantes de seguridad. Para su distinción, cabe la observación de si portan o no la placa identificativa, así como los grilletes y la porra. Con la contratación de estos intrusos laborales, una empresa puede llegar a ahorrarse anualmente unos 30.000 euros, aunque arriesgándose a que le impongan diferentes multas. Esta situación está provocada por las diferencias salariales, así como por la falta de formación anual a los trabajadores. Galicia alberga a más de mil falsos vigilantes, que estarían incumpliendo la ley de seguridad privada.
Protección
Por otro lado, también es frecuente que se confundan las tareas de los vigilantes de seguridad. Están capacitados para efectuar controles de identidad en el acceso o en el interior de inmuebles determinados, pero no pueden en ningún caso retener la documentación personal.
Deben ejercer la vigilancia y protección de personas, bienes muebles e inmuebles, así como tienen la facultad de evitar la comisión de actos delictivos, poniendo los delincuentes a disposición de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado sin proceder a su interrogatorio. Su cometido es también el de proteger el almacenamiento, recuento, clasificación y transporte de dinero u objetos valiosos, sin olvidar la prestación de servicios de respuesta a las alarmas que se produzcan y cuyo tratamiento no responda a las fuerzas y cuerpos de seguridad.
La Asociación Gallega de Trabajadores de Seguridad Privada, Agasep, señala que la seguridad representa «uno de los pilares básicos de la convivencia». En sus estudios demuestra un gran respeto por el marco legislativo, que incluye que los servicios privados de seguridad son complementarios y subordinados respecto a los de la seguridad pública. Asimismo, entre sus premisas se encuentra la de un trato digno por parte del personal de seguridad hacia las personas. Los profesionales de este sector han de responder, según Agasep, «a los principios de integridad y dignidad, protección y trato correcto a las personas, evitando abusos, arbitrariedades y violencias, y actuando con congruencia y proporción en la utilización de sus facultades y medios disponibles».
No hay comentarios:
Publicar un comentario