El acusado de matar en julio de 2008 a un vigilante de seguridad, en su domicilio del barrio de Chamartín, ha aceptado hoy la petición de diez años y seis meses de prisión que ha solicitado el fiscal, cuatro años y seis meses menos que los pedidos en un primer momento.
En el juicio celebrado desde ayer en la Audiencia Provincial con jurado popular, el procesado, Zeney G.S., ha reconocido haber apuñalado a Félix M.M., que trabajaba como vigilante de seguridad de la empresa Securitas, aunque ha alegado que el día de los hechos, el 31 de julio de 2008, había bebido cerca de tres litros de whisky.
Sin embargo, fuentes jurídicas han explicado a la salida de la vista que el agresor y la víctima habían mantenido una relación sentimental y que la causa del crimen fueron los celos.
Zeney G.S., de 40 años y nacionalidad colombiana, se encontraba en situación irregular en España en el momento del crimen, ocurrido en la calle de Trueba y Fernández.
Según las conclusiones del fiscal, el procesado apuñaló con un cuchillo de 21 centímetros de largo a la víctima hasta en trece ocasiones y, según los médicos forenses, dos de las heridas del cuello le lesionaron la tráquea y la laringe, provocándole la muerte por asfixia.
El padre del fallecido, que ha declarado que encontró a su hijo muerto en su casa tras no saber nada de él durante tres días, ha explicado que era una persona con complejo de inferioridad y que estaba en tratamiento psicológico.
Zeney G.S. huyó a su país tras cometer el crimen y quedó privado de libertad el 2 de junio de 2009 tras ser detenido en su país; en abril de 2010 el Gobierno colombiano autorizó su extradición y se encuentra en prisión en España desde el 18 de junio del pasado año.
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