lunes, 4 de abril de 2011

Juicio por el 'alunicero' acribillado

Tres hombres se sientan en el banquillo por el asesinato de Carlos Jarry Sánchez López, que murió tras recibir ocho disparos a la salida de su casa

Carlos Jarry Sánchez López, de 23 años y nacionalidad colombiana, salió de un inmueble de Arganda del Rey la noche del sábado 12 de enero de 2008. Nada más abandonar el edificio, le estaban esperando tres hombres que la emprendieron a tiros. Dos balazos le alcanzaron en la cabeza, dos en el cuello, dos en la pierna derecha y otros dos en la ingle y en los glúteos. En total, ocho proyectiles que acabaron con la vida de este conocidoalunicero en el acto. Los tres acusados -Ignacio Raya Galaso, Rafael Rodríguez Delgado y David Olalla Muro- se sientan desde hoy en el banquillo de los acusados de la Sección 3ª de la Audiencia Provincial de Madrid. Serán enjuiciados por el procedimiento del jurado. El fiscal pide para cada uno de ellos 20 años de prisión por asesinato y tenencia ilícita de armas.
Sánchez López era un conocido alunicero de la región. La Guardia Civil y la Policía Nacional le habían detenido en 30 ocasiones. Tenía antecedentes por robos, hurto, atentado contra la autoridad, tenencia ilícita de armas, allanamiento de morada y lesiones, entre otros. De hecho, le consideraban uno de los aluniceros más peligrosos y osados. Popular y respetado en el barrio, era muy hábil al volante. Había salido de la cárcel 50 días antes de su asesinato.
Según el relato del fiscal, los tres acusados quedaron a las 10 de la noche del 12 de enero de 2008 para matar de común acuerdo a Carlos Jarry. Para ello se desplazaron en un Mercedes clase A propiedad de Rafael Rodríguez y conducido por David Olalla. Acudieron a la calle del Velero, en Arganda del Rey, donde esperaron a su víctima. Cuando Sánchez López salió del garaje del número 16 de esa vía, Ignacio Raya Galaso le disparó con una pistola Glock 26 del calibre 9 milímetros Parabellum. Mientras, sus otros dos compinches le esperaban y le daban cobertura desde el vehículo, según el fiscal.
Los disparos fueron efectuados a una distancia de entre 30 centímetros y un metro y medio. "Como consecuencia de los hechos, Sánchez López falleció sobre las 22.40 de ese día a consecuencia de un traumatismo craneoencefálico severo", según el ministerio público.
Tras el tiroteo, los supuestos autores del crimen huyeron a toda velocidad por la autovía de Valencia (A-3) en dirección al edificio El Ruedo, junto a la M-30. La Guardia Civil inició una persecución nada más producirse los hechos. Como se aproximaban a la capital, los agentes advirtieron de lo sucedido al Cuerpo Nacional de Policía, por lo que se fueron sumando más vehículos patrulla a la persecución. Al final, 12 coches de policía lograron detener a los presuntos asesinos, tras más de 30 kilómetros de persecución.
Las pesquisas se centraron en los primeros momentos en que el crimen se debió a un ajuste de cuentas. La víctima, supuestamente, pudo quedarse con el dinero procedente de algún robo y sus compinches decidieron acabar con su vida. De hecho, Sánchez López estaba siendo investigado por el robo del almacén de muebles Ikea, en el PAU de Vallecas en diciembre de 2007, entre otros asaltos.

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