jueves, 21 de abril de 2011

La Sagrada Familia pide a los Mossos que revise su plan de Seguridad

La puerta de la sacristía de la cripta de la Sagrada Familia


El acusado del incendio entró al templo gritando "todo esto es robado", según colaboradores de la parroquia

El Patronato de la Sagrada Familia ha encargado a los Mossos d'Esquadra que revisen el plan de seguridad del templo para evitar incidentes como el de ayer, cuando un hombre incendió la sacristía de la cripta. El fuego obligó a desalojar a 1.500 personas que en ese momento visitaban la basílica.
El presidente de la junta del Patronato, Joan Rigol, ha explicado que ha pedido a los Mossos un estudio sobre los riesgos a que está expuesto el templo y las medidas de vigilancia que serían necesarias para garantizar al máximo su seguridad. 69 cámaras controlan la Sagrada Familia, que tiene además un servicio de vigilantes de seguridad que funciona 24 horas al día.
La cripta donde ayer un hombre provocó un incendio funciona como parroquia del barrio. Eso hace que el acceso a la zona, que está protegida por la Unesco como patrimonio de la Humanidad, sea libre y gratuito. Rigol ha admitido que garantizar al cien por cien la seguridad en la Sagrada Familia "es algo imposible", teniendo en cuenta los 12.000 visitantes diarios del recinto. El presidente del Patronato ha recordado también que "los mejores museos del mundo", con extremas medidas de seguridad, han sido víctimas de ataques a su patrimonio artístico.
"Todo esto es robado"
En el caso de ayer, el hombre que ayer entró al recinto y le prendió fuego, entró a la parroquia al grito de "todo esto es robado", en referencia a los elementos ornamentales del templo, según colaboradores de la parroquia que presenciaron la escena. Al parecer, el hombre, visiblemente alterado, accedió a la cripta por una rampa, donde se cruzó con una colaboradora de la parroquia que vio cómo señalaba elementos ornamentales del templo al grito de "todo esto es robado".
Cuando fue detenido por los Mossos, el acusado, José María L. S., de 65 años, negó los hechos. Su discurso era incoherente e inconexo, lo que hizo sospechar a los agentes que padeciese algún trastorno mental. El acusado inició presuntamente el fuego en la sacristía aprovechando que estaba abierta porque había una señora de la limpieza trabajando en su interior, según fuentes de la parroquia.
El hombre fue descubierto cuando huía por un reducido grupo que visitaba la cripta, que se abre solo para misas. En el momento del arresto, el acusado llevaba en los bolsillos dos encendedores, un espray de aceite, una pequeña campana de cobre y plata y cinco juegos de llaves de las huchas de las limosnas.
El hombre está acusado de un delito de incendio y otro de robo y está previsto que pase mañana a disposición judicial. Por otra parte, los trabajos de restauración de la cripta, cuyas paredes quedaron ayer ennegrecidas por el humo, todavía no se han iniciado. El acceso al recinto está vetado a la espera de que la compañía aseguradora lo examine para evaluar la magnitud de los daños.

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