
Mil veces se visionó el contenido grabado por las cámaras de seguridad y mil veces volverá a hacerse. Los mejores especialistas de la Policía Científica trabajan sobre un material que puede ayudar mucho en las investigaciones. Por eso la actividad está siendo frenética, tanto en la Comisaría de Santiago (aunque algunos se empeñen en que el grueso del operativo lo lleva la Brigada Central del Patrimonio Artístico) como en la sede central de la Policía en Madrid. Muchas esperanzas están puestas en el contenido de las imágenes que hayan podido ser grabadas tanto por las cámaras del interior de la Catedral como por la de algunos puntos del casco histórico de Compostela. Todo vale para que los expertos españoles encuentren sospechosos; pero, como iniciativa, ya se activó el protocolo de colaboración para que las imágenes lleguen a los expertos de Interpol y del FBI y hasta agentes destinados en Oriente Próximo, que podrían ayudar a desvelar la presencia de elementos sospechosos. Pero muy poco trasciende de las investigaciones, ya que el tema es del máximo interés y hay prioridad total, tanta que no se quieren distracciones.
No obstante, al hilo de las últimas investigaciones, cobra fuerza la hipótesis, adelantada también por EL CORREO GALLEGO al día siguiente de conocerse la desaparición, de que los ladrones (se habla de entre dos y tres personas) pudieran haber quedado escondidos dentro de la Catedral compostelana para actuar con mayor libertad de movimientos y con tiempo suficiente para consumar, sin dejar rastros, el robo del Códice Calixtino. Una vez que se cierran las puertas, según pudo saber este periódico, la vigilancia se relaja mucho y apenas se realizan rondas periódicas, por lo que los intrusos pudieron permanecer ocultos en alguna estancia.
Los investigadores consideran que tuvieron tiempo suficiente para controlar, con lo conocimientos previos que pudieran tener de las medidas de seguridad, las cámaras para evitar ser grabados. Especulan también que los ladrones sabían que las llaves de la cámara en la que se guardaba el valioso volumen quedaban en lugar accesible, aunque todo indica, "con total posibilidad", como reconoció uno de los agentes, que estaban colocadas en la puerta que da acceso al Códice. De esa forma no les fue nada complicado hacerse con el volumen, su único objetivo, volver al escondite inicial y salir con tranquilidad a la mañana siguiente, mezclados con los fieles y peregrinos.
Esta hipótesis cobraría fuerza una vez comprobado que todas las posibles vías de acceso a la seo compostelana no presentan signos de violencia. Durante la mañana del jueves un helicóptero de la Policía Nacional, con expertos de la Científica a bordo, estuvieron fotografiando desde el aire cualquier recoveco de la Catedral para descartar que se hubiera podido realizar una especie de butrón desde los tejados. Al mismo tiempo se comprobó que ninguno de los ventanales o puertas de acceso fueron violentados por personas extrañas.
En esa dirección, la Catedral de Santiago "no ha detectado ninguna anomalía" en la seguridad de la basílica compostelana después de que haya desaparecido el Códice Calixtino de la caja fuerte en la que se custodiaba. Así lo han confirmado a Europa Press fuentes del Arzobispado, que han subrayado el "funcionamiento normal de la seguridad" y han insistido en que "no se ha detectado ninguna anomalía". De este modo, han recalcado que el "criterio de seguridad" en la basílica es el que "se aplicó desde siempre", salvo en los años santos, períodos en que se refuerza.
Perfiles genéticos. La Policía Científica de Santiago peinó completamente las estancias más próximas a la cámara donde se encontraba el Códice en busca de algún rastro, algún perfil genético de los ladrones. Pese al tiempo transcurrido trata de localizar alguna huella, un simple pelo o algún rastro que permita ser cotejado con las muestras existentes en los bancos de las distintas policías del mundo. Sería una prueba de incalculable valor, ya que los agentes consideran que los profesionales, que efectuaron el robo por encargo, pueden estar fichados en algún lugar. Existe el convencimiento de que no se trata de personal inexperto ni de primerizos por la limpieza con la que cometieron el hurto.
Otra de las vías que sigue la investigación, en conversaciones e interrogatorios a las personas que tienen acceso a las estancias del Archivo, Museo y sacristía de la Catedral, es tratar de averiguar si algún "personaje singular", expresión utilizada por uno de los investigadores, mantuvo en los últimos tiempos una conversación "larga y tendida", con el deán, con el archivero o con alguna de las otras personas, en la que se mostrara interesado por todo el fenómeno jacobeo, por la catedral y por su museo. El perfil del sujeto que se trata de identificar sería el de una persona de edad avanzada, con aspecto de profesor universitario y con acento extranjero, pero hablando perfecto castellano que, durante varios días, se ganaran la confianza de alguno de ellos hasta el extremo de que, sin mostrar el más mínimo interés, hiciera alguna pregunta sobre el Códice y las medidas de seguridad.
Críticas policiales. El secretario xeral del Sindicato Unificado de Policía en Galicia, José Freire, cuestionó la custodia del Códice Calixtino, "dentro de un plan de compadreo" que convierte su pérdida en un hecho "algo ridículo". Por ello, ha recomendado a la Iglesia que adopte medidas de seguridad y ha propuesto la colaboración del Estado en la salvaguarda de este tipo de objetos. Sobre la posibilidad de recuperar el libro, y como "una aseveración personal", Freire ha constatado que "depende de quien fuera el autor" de la supuesta sustracción. "Habrá más posibilidades de hacerse con él", ha dicho, si se trata de "alguien amante del arte o de cosas valiosísimas". "Es posible que lo conserve y que a lo mejor haya que hacer como se hace muchas veces con los piratas del Índico: habrá que pagar el dinero para que nos devuelvan el códice", afirmó. Sin embargo, "sería más complicado que fuera un delincuente vulgar, porque ese, posiblemente, se desharía de él y quedaría en malas condiciones". "Y aquí lo importante, además de recuperarlo, es recuperarlo en las condiciones adecuadas", dijo el sindicalista de la Policía.
La comisaría de la Policía Nacional de Santiago "está actuando en cuanto a las huellas", indicó José Freire en declaraciones a Europa Press, pero no ha facilitado ningún dato más al respecto. Ha incidido, eso sí, en que "al cargo de estos elementos tiene que haber gente experta".
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