En una entrevista concedida a la Radio Galega y recogida por Europa Press, Carlos Varela señaló que la Fiscalía está en todo momento "en contacto" con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, que "rendirán cuentas" de su investigación ante "el juzgado de instrucción correspondiente".
Aún a la espera de recibir este informe, Carlos Varela ha señalado algún "punto débil" en la "forma de custodiar este tipo de patrimonio", dado que el arte religioso es "muy demandado en el mercado mundial de coleccionistas".
En esta línea, ha admitido que probablemente se han producido "errores" en la "cadena de custodia", al tiempo que ha criticado que la ley gallega de patrimonio cultural "no recoja" las medidas de seguridad concretas para custodiar piezas de esta categoría.
Por su parte, el Consejo de Patrimonio Histórico realizó ayer un llamamiento a todos los poderes públicos y a la sociedad para luchar contra el tráfico ilícito de bienes culturales, tras el robo del Códice.
El consejo "condena y lamenta profundamente" el robo de una pieza única de valor excepcional del siglo XII, patrimonio histórico de Galicia y de todos los españoles, según el Ministerio de Cultura. Con motivo de su reunión en Antequera (Málaga), el consejo aprovechó también para afirmar que depositan su confianza en la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para la pronta resolución del caso.
La primera noticia de la desaparición del libro se tuvo en la tarde del martes día 5. A las ocho y media los trabajadores del archivo se pusieron en contacto con el deán y archivero, José María Díaz, para informar de la ausencia de la obra.
Tras revisar la cámara donde se custodia y las estancias adyacentes, al ver que no aparecía decidieron dar parte a la Comisaría, que envió a varios agentes a la Catedral, que realizaron la primera inspección, y repitieron nuevamente a primera hora del miércoles.
Los agentes de la Policía Científica tomaron todo tipo de muestras y procedieron a iniciar el análisis de las imágenes registradas en las cámaras de seguridad.
El problema es que no está claro en qué momento desapareció el Códice. Los colaboradores del archivo aseguran que lo vieron por última vez el jueves o el viernes de la pasada semana. El deán también recuerda que la última vez que se enseñó en público fue hace aproximadamente un mes.
La obra se custodiaba en una estancia con puerta blindada, sobre un cojín, y cubierto con un tapete bordado. No estaba permitida su consulta, ya que existe una edición facsímil e imágenes digitales a disposición de los investigadores.
Sin embargo, en la cámara hay otras obras que sí son de consulta frecuente, lo que hacía que la entrada en la estancia fuera constante, y que las llaves estuvieran puestas.
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