Varios agentes de la Policía Local patrullan a diario por las instalaciones. Pese a la continua vigilancia, los usuarios no se fían y prefieren no llevar cosas de valor
La Piscina Municipal de San Roque se ha convertido, sin duda, en una de las grandes aliadas del verano. De igual forma, los ladrones de la capital han visto en ella un entorno ideal para ejercer con discreción su profesión. Así, aprovechan los descuidos, los momentos de ocio en el agua o las confusiones que se producen al colocar la toalla en las zonas ajardinadas.
Es por eso que la Policía Local activó al inicio de la campaña de verano un dispositivo de refuerzo y vigilancia que permitiera a la seguridad de la que ya dispone el recinto, encontrar un respaldo de mayor autoridad en sus labores de control. “Últimamente se nota la vigilancia de la Policía. Llevamos tres semanas en las que no se ha producido ningún incidente salvo aquellos que pretenden colarse sin pagar por las vallas”, aseguró un vigilante.
Aún así, y pese a que las patrullas han mitigado los robos que se producen por estas fechas, los bañistas no se fían y prefieren tomar sus propias precauciones. Rocío Sánchez afirmó que siempre que va sola a la piscina procura no darse baños de larga duración. “Cuando me meto al agua lo hago siempre mirando a mis pertenencias”, explicó mientras tomaba el sol. No obstante, prefiere no llevar cosas de valor. “Intento traer lo justo. Las veces que vengo acompañada solemos hacer turnos o pedimos a alguien que nos eche un vistazo a las cosas”, apuntó.
La colaboración de los “vecinos de toalla” es muy habitual. Soraya Hidalgo comentó que ella siempre suele recurrir a ese tipo de favores: “Nos traemos lo mínimo. Hay veces que lo tapamos con una toalla o incluso pedimos ayuda a la gente que está al lado para que nos lo cuide”.
Lo cierto es que este temor por ser víctima de un robo hace que los bañistas disfruten menos de los días de piscina. Los hábitos cambian así como las ganas por disfrutar de unas horas de sol y agua. “No me traigo el móvil. Intento no llevar cosas de valor para evitar que me roben”, lamentó una usuaria de la piscina.
Más seguridad y control
Julio Establés, jefe de la Policía Local, declaró que este servicio se mantendrá hasta final de temporada y puntualizó que, en ningún caso, este refuerzo se debe al aumento de hurtos en la piscina. “El año pasado ya lo llevamos a cabo independientemente de los robos que se produjeron. Los fines de semana estamos de forma permanente”, mantuvo.
De esta forma, la Policía Local contribuye a dar mayor seguridad ciudadana, controlando de forma activa el acceso al recinto así como los diferentes incidentes que se dan habitualmente en la piscina. “Vigilamos pero al no tener autoridad, no nos respetan mucho. Por norma estamos obligados a llamar a la Policía y es ella, si no está presente, la que se persona y pone orden”, comentó la seguridad de las instalaciones.
Este trabajo ya se está notando para los bañistas de San Roque y, aunque muchos son conscientes de que los robos van a seguir produciéndose, comentaron que es todo un consuelo que haya agentes paseando por las instalaciones. “Es una piscina pública y sabemos que hay gente que sólo viene a robar. Intentamos traer lo mínimo y ayudarnos entre todos. Vamos con mucha precaución. Pero sí que es verdad que hemos notado mucha seguridad”, apuntaron varias bañistas, acompañadas de sus hijos.
Por último y aunque los trabajadores de la piscina se mostraron reticentes a responder sobre los robos que se han producido en estas últimas semanas, la Policía Nacional confirmó que hace unos días, hasta las taquillas de la piscina fueron también objeto de hurto. De manera que, ante la impunidad con la que los están realizando, la única solución posible es la precaución y la colaboración ciudadana.
Es por eso que la Policía Local activó al inicio de la campaña de verano un dispositivo de refuerzo y vigilancia que permitiera a la seguridad de la que ya dispone el recinto, encontrar un respaldo de mayor autoridad en sus labores de control. “Últimamente se nota la vigilancia de la Policía. Llevamos tres semanas en las que no se ha producido ningún incidente salvo aquellos que pretenden colarse sin pagar por las vallas”, aseguró un vigilante.
Aún así, y pese a que las patrullas han mitigado los robos que se producen por estas fechas, los bañistas no se fían y prefieren tomar sus propias precauciones. Rocío Sánchez afirmó que siempre que va sola a la piscina procura no darse baños de larga duración. “Cuando me meto al agua lo hago siempre mirando a mis pertenencias”, explicó mientras tomaba el sol. No obstante, prefiere no llevar cosas de valor. “Intento traer lo justo. Las veces que vengo acompañada solemos hacer turnos o pedimos a alguien que nos eche un vistazo a las cosas”, apuntó.
La colaboración de los “vecinos de toalla” es muy habitual. Soraya Hidalgo comentó que ella siempre suele recurrir a ese tipo de favores: “Nos traemos lo mínimo. Hay veces que lo tapamos con una toalla o incluso pedimos ayuda a la gente que está al lado para que nos lo cuide”.
Lo cierto es que este temor por ser víctima de un robo hace que los bañistas disfruten menos de los días de piscina. Los hábitos cambian así como las ganas por disfrutar de unas horas de sol y agua. “No me traigo el móvil. Intento no llevar cosas de valor para evitar que me roben”, lamentó una usuaria de la piscina.
Más seguridad y control
Julio Establés, jefe de la Policía Local, declaró que este servicio se mantendrá hasta final de temporada y puntualizó que, en ningún caso, este refuerzo se debe al aumento de hurtos en la piscina. “El año pasado ya lo llevamos a cabo independientemente de los robos que se produjeron. Los fines de semana estamos de forma permanente”, mantuvo.
De esta forma, la Policía Local contribuye a dar mayor seguridad ciudadana, controlando de forma activa el acceso al recinto así como los diferentes incidentes que se dan habitualmente en la piscina. “Vigilamos pero al no tener autoridad, no nos respetan mucho. Por norma estamos obligados a llamar a la Policía y es ella, si no está presente, la que se persona y pone orden”, comentó la seguridad de las instalaciones.
Este trabajo ya se está notando para los bañistas de San Roque y, aunque muchos son conscientes de que los robos van a seguir produciéndose, comentaron que es todo un consuelo que haya agentes paseando por las instalaciones. “Es una piscina pública y sabemos que hay gente que sólo viene a robar. Intentamos traer lo mínimo y ayudarnos entre todos. Vamos con mucha precaución. Pero sí que es verdad que hemos notado mucha seguridad”, apuntaron varias bañistas, acompañadas de sus hijos.
Por último y aunque los trabajadores de la piscina se mostraron reticentes a responder sobre los robos que se han producido en estas últimas semanas, la Policía Nacional confirmó que hace unos días, hasta las taquillas de la piscina fueron también objeto de hurto. De manera que, ante la impunidad con la que los están realizando, la única solución posible es la precaución y la colaboración ciudadana.
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