miércoles, 6 de julio de 2011

Madrugada de butrones sin botín


Dos muros agujereados; varias puertas destrozadas; una caja fuerte reventada a hachazos. Y todo, para nada. Unos ladrones asaltaron la tienda de Leroy Merlin en la capital y, después de un buen rato picando, se dieron a la fuga sin llevarse ni un solo euro.
Todo comenzó unos minutos después de la medianoche del domingo al lunes. Los cacos, dos encapuchados que a tenor de las imágenes captadas por las cámaras de seguridad parecen ser jóvenes, realizaron un butrón en la parte izquierda de la fachada de la tienda, que está situada en el Camino de la Loma de San Julián.
La alarma saltó y un vigilante acudió a comprobar si todo estaba en orden. Aunque dio una vuelta de reconocimiento, no apreció el agujero que habían en la pared, ya que este estaba justo detrás de unas casetas para jardín que forman parte de la exposición exterior, según explicó a este periódico el director del establecimiento asaltado.
El primer butrón les permitió acceder a un despacho que está cerca del búnker donde se hallan las cajas fuertes de la tienda, lo que revela que el golpe había sido estudiado y planificado. Para entrar en él, tuvieron que hacer otro boquete en la pared. Sin embargo, esta vez se trataba de un muro semiacorazado, relata el responsable de la gran superficie, por lo que emplearon más tiempo picando.
Finalmente, llegaron a la zona de seguridad. Eligieron la primera caja fuerte que se encontraron y se liaron a golpes con un hacha hasta que consiguieron romperla. Cuando la abrieron, se llevaron el gran chasco: estaba completamente vacía.
Tras ello, los encapuchados descartaron el plan de la caja fuerte y se dedicaron a forzar otros despachos en busca de dinero en efectivo. Pero decidieron no prolongar el golpe más tiempo. Los cacos se dieron a la fuga por el mismo lugar por el que entraron hora y media antes, según la secuencia temporal captada por el sistema de videovigilancia del local.
Durante ese tiempo, la alarma volvió a activarse, por lo que al final se optó por alertar a la Policía Nacional. Las patrullas acudieron solo unos minutos después de recibir el primer aviso. Cuando los agentes llegaron a Leroy Merlin, los asaltantes acababan de marcharse.
Inspección ocular
La Policía Científica realizó una minuciosa inspección ocular del escenario del suceso en busca de alguna pista que ayude a identificar a los autores, que actuaron en todo momento con la cara tapada. Los investigadores se llevaron las imágenes de las cámaras de seguridad, que están siendo analizadas.
El lunes, cuando finalizó el trabajo de la policía, se procedió a tapiar los butrones efectuados por los ladrones y a hacer inventario de la mercancía y el dinero. El resultado confirmó las sospechas. «No se han llevado absolutamente nada», afirma el director de la tienda.
El intento de robo en Leroy Merlin se suma a la oleada de asaltos a naves industriales. Como publicó SUR (ver edición del 23 de junio), en apenas cuatro días se registraron una veintena de denuncias de empresas afectadas por una banda de butroneros.
En esa ocasión, actuaron en el polígono de San Luis, y más concretamente en la manzana comprendida entre las calles París, Punta Alta y Bahía Blanca. Todos los robos tenían el mismo sello. Los cacos hicieron agujeros en los techos de uralita de las naves y, desde ahí, se descolgaron hasta el suelo.
Al igual que en el robo frustrado en las dependencias de Leroy Merlin, en la mayoría de esos casos los asaltantes no consiguieron apoderarse de dinero en efectivo. Solo en un par de almacenes sustrajeron parte de la mercancía o algunos objetos de valor fáciles de transportar, ya que siempre huían por los mismos butrones que habían hecho para entrar.

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