martes, 9 de diciembre de 2008

EEUU acusa de homicidio a cinco agentes de Blackwater por una matanza en Bagdad

El Gobierno estadounidense considera que los cinco vigilantes privados "dispararon sin provocación ni justificación" y mataron a 17 civiles iraquíes hace un año
El Gobierno de Estados Unidos acusó hoy de homicidio voluntario a cinco vigilantes privados de la empresa Blackwater que "dispararon sin provocación ni justificación" y mataron a 17 civiles iraquíes e hirieron a otros 20 hace más de un año en Bagdad."A uno de los civiles le dispararon en el pecho cuando estaba parado en la calle con las manos en alto", afirmó el subsecretario de Justicia, Patrick Rowan, cuando divulgó los cargos de homicidio, intento de homicidio y otros por uso de armas de guerra en la comisión de ese delito. "Los acusados dispararon sin justificación ni provocación", añadió Rowan. Los hombres trabajaban como vigilantes armados para la empresa Blackwater Worldwide y se desplazaban en un convoy con vehículos blindados el 16 de septiembre de 2007 por la Plaza Nisoor, una transitada intersección de avenidas en Bagdad. Blackwater, con sede en Carolina del Norte y la mayor proveedora de "contratistas privados" en Iraq, sostiene que sus empleados, que daban protección a funcionarios diplomáticos, dispararon sólo después de ser atacados. Los acusados son Donald W. Ball, un ex infante de Marina de 26 años y que cumplió tres turnos de servicio militar en Iraq; Dustin Heard, de 27, y Evan Liberty, de 26, ambos también ex infantes de Marina; Nick Slattne, de 25, y Paul Slough, de 29, que fueron soldados del Ejército antes de que los contratara Blackwater. Todos ellos, condecorados durante su servicio militar, se entregaron hoy a la justicia en el tribunal federal de Salt Lake City (Utah) y serán formalmente encausados esta misma tarde en una audiencia presidida por el magistrado Paul Warner. Cada uno de ellos se enfrenta a 14 cargos de homicidio voluntario, 20 cargos de intento de comisión de homicidio y un cargo por el uso y descarga de un arma de fuego en la comisión de un crimen. Rowan explicó que el cargo de homicidio conlleva una condena máxima de 10 años de prisión y el de intento de homicidio una de seis años. Un sexto miembro del destacamento de Blackwater involucrado en el incidente, Jeremy Ridgeway, de 35 años, se declaró culpable el viernes pasado de los cargos de homicidio voluntario e intento de homicidio, en el marco de un acuerdo con la Fiscalía. Los abogados defensores ya han presentado ante el tribunal peticiones para que los acusados queden en libertad a la espera del juicio y han argumentado que el Gobierno federal no tiene potestades ni jurisdicción para formular los cargos en su contra. Es la primera vez que se inician juicios bajo la Ley de Jurisdicción Militar Extraterritorial contra empleados privados ajenos al Pentágono. En 2004 se introdujeron enmiendas a esa ley para incluir a los contratistas privados que proveen servicios de apoyo a misiones del Pentágono en ultramar. Blackwater Worldwide es una firma estadounidense que emplea, principalmente, a ex soldados y ex policías, y ofrece guardaespaldas, vigilantes armados y unidades mercenarias de operaciones tácticas en diversas partes del mundo. En Iraq, además de los casi 150.000 soldados estadounidenses, hay más de 125.000 "contratistas privados" empleados por decenas de firmas y que dan desde apoyo técnico a servicios de cantina, recogida de residuos, custodia de instalaciones, protección de funcionarios y compañía armada para convoyes. Una investigación del Gobierno iraquí concluyó que los agentes de Blackwater dispararon contra la multitud sin motivo ni provocación, en tanto que otro informe militar estadounidense desveló que los guardias fueron los únicos que abrieron fuego. Este incidente sacó a la luz pública el papel de las empresas de seguridad subcontratadas por el Departamento de Estado y puso en tela de juicio la presunta inmunidad con que operaban en Iraq.
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