ermanos Orbón y su entorno recuperan el carácter comercial
Aparcamientos completos «como hace mucho tiempo que no sucedía», bares y terrazas a rebosar y ambiente en las calles son los primeros síntomas
Hacía dos años que el entorno de la plaza de los Hermanos Orbón no vivía el ambiente propio de un lunes de mercado. El habitual 'llenazo' se volvió a vivir en los soportales y el exterior del mercado, entre los puestos de venta ambulante y de las soliviantadas vendedoras que tuvieron que hacer horas de cola para coger un sitio adecuado en el que poner a la vista del público sus verduras.
La afluencia de público tal vez no fuera de récord, pero sí que se hizo notar en las dificultades para aparcar en las plazas con zona azul de las calles más céntricas. Incluso el aparcamiento de la calle de Cuba vio cómo se ocupaba la totalidad de sus plazas «como hacía tiempo que no se veía», según afirmaba una usuaria.
El hecho de que ayer fuera festivo pudo, en todo caso, restar afluencia a un mercado que regresó a la plaza de los Hermanos Orbón tras dos años de 'exilio' temporal en Las Meanas. La intención de los responsables de la plaza es que el mercado se celebre a partir de ahora todos y cada uno de los lunes del año, sean festivos o no, con la única excepción del Lunes de Pascua, día en el que, de hecho, la plaza y su entorno suelen ser escenario habitual de la multitudinaria Comida en la Calle.
En los pasadizos
Pero, laboral o no, el caso es que en el día de ayer el ambiente en Hermanos Orbón y las calle de La Muralla, Rui Pérez y La Cámara, fue el de un lunes de mercado de los de toda la vida. Las diferencias más destacadas fueron dadas precisamente por el embrollo sufrido con los vendedores de productos de la huerta de las aldeas de los concejos vecinos. En algún caso, estos se acomodaron en los pasadizos de acceso a la plaza, algo que no les está permitido.
Eso obligó a desplazarse a quienes habitualmente solían ocupar esos espacios, los 'manteros' que tratan de sacarse unos euros vendiendo bolsos y productos textiles de un modo tan informal como el de algunas zabarceras.
Este grupo de vendedores y los agentes de la Policía Local se vigilaban ayer mutuamente y protagonizaron una suerte de juego del gato y el ratón -ora desplegaban la manta en el pasadizo, ora se la llevaban a la calle de La Cámara...-, en el que intervinieron también los vigilantes de seguridad con los que cuenta ahora la sociedad gestora de la plaza de abastos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario